Las obras de nunca acabar

Editorial
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Pasaron cuatro años de un proceso de rediseño y remodelación de la Institución Educativa Distrital Liceo Celedón y los samarios no saben aún que va a pesar con estas paredes históricas llenas de los mejores recuerdos, en donde estudiaron los más destacados personajes intelectuales, musicales y políticos del Magdalena Grande, llegando a ser declarado Monumento Nacional en 1993.


El glorioso Liceo Celedón, ahora muestra una cara de paciencia y resistencia ante los continuos cambios que enfrentan debido al dilema de la Administración Distrital, que no sabe aún qué hacer con este establecimiento que le dio gloria educativa a nuestro departamento.

En esos cuatro años no se han terminado las tres fases que debe sufrir la institución para ser rescatada y puesta en funcionamiento, obras en las que se invertirían $4.161 millones, cifra que ha variado debido a los retrasos; todavía queda pendiente el entorno o una intervención en el urbanismo; es decir, la cancha y la parte perimetral externa del mismo, para lo cual, después de tanto tiempo todavía están gestionando el diseño y la intervención y lo peor es que aún no se sabe qué destinación específica va a tener este glorioso claustro cuando finalicen las obras, porque creemos que un museo a nuestro Nobel debe ser en su propia tierra natal.

Siguiendo esa misma línea de atraso en las obras de infraestructuras físicas de los planteles educativos del Distrito, anunciadas con bombos y platillos y que serían terminadas en tiempo récord para cumplir con la palabra empeñada, está la IED Instituto Magdalena, cuyo costo de $6.300 de pesos para construir dos bloques de nuevas aulas, baños, cafeterías, oficinas y aulas de informáticas también están en veremos como sucede en el caso del Liceo Celedón y también de la Mega Biblioteca Distrital.

El Gobierno Distrital anterior prometió la entrega de los trabajos de remodelación en agosto del 2015 y estamos en mayo de 2016 y no está realizada ni la mitad de la ampliación de la infraestructura dando pie a incomodidades como dar clases dos salones en uno y tener espacios reducidos tanto en las aulas como en los pasillos, de acuerdo con las quejas que han presentado los alumnos de la institución, lo que sin duda redunda en un mal ambiente educativo y un bajo significativo en el rendimiento escolar. Los samarios están atentos a que se terminen estas obras o en su defecto que la Alcaldía actúe y las intervenga para evitar que tanto los dineros invertidos en la en IED Liceo Celedón e Instituto Magdalena, no se pierdan y tomen un desvío no deseado.

Otros dineros que podrían perderse son los 22 mil millones que cuesta la Megabiblioteca Distrital, que en la actualidad presenta un atraso a la vista de todos los que circulan por ese sitio y que ven las obras en el mismo estado en que fue dejada por la administración Caicedo Omar.

Lo único que se aprecia con claridad, son las obras negras que imitan las terrazas de los indígenas Tayrona de la Sierra Nevada de Santa Marta, que sirven como diseños de la Megabiblioteca, que está a un paso de convertirse en ‘elefante blanco’ y no en un Centro Cultural del Caribe.

Los samarios se tienen que constituir en veedores cívicos que defiendan su ciudad y los proyectos con inversiones millonarias porque esos recursos son el futuro de una ciudad próspera y deben a la vez llamar la atención de las autoridades y organismos de control penal para que vuelvan su mirada a estos proyectos que presentan demora o que no sean entregados en la fecha acordada.