Pesca artesanal en Santa Marta, tradición que se mantiene ante la adversidad

Pescadores artesanales sacan un chinchorro en Genemaka, Taganga.

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El oficio de la pesca en Santa Marta conserva su arraigo cultural de antaño y permanece en pie a pesar del abandono gubernamental hacia quienes lo practican.


Por: César Barrera.
Periodista de EL INFORMADOR.

Los pescadores chinchorreros hacen parte de la historia. Día a día luchan por llevar el sustento a sus hogares a través de esta actividad, pero además se esfuerzan por preservar la tradición de los antepasados e inculcarla a los más pequeños. Los primeros indígenas que se dedicaron a esta práctica fueron los ‘Kashingui’ y ‘Peibuni’, tribus antiguas con asentamiento en Taganga y las zonas bajas de los ríos Manzanares y Gaira.

La pesca viene desde la prehistoria y a pesar de los avances tecnológicos, sigue siendo fuente de trabajo y base de la economía para muchas familias en la ciudad. Tanto así que, la Corporación de Pescadores Chinchorreros de Taganga -entidad de pesca artesanal más vieja que tiene América Latina- tiene 164 socios y cuenta con 171 redes adscritas. También hay otras corporaciones, como la Asociación de Pescadores Artesanales de Puerto Gaira (Asopapuga), Comité de Pescadores la Paz Bello Horizonte (Copepazbe), Asociación de Pescadores Artesanales de Playa Salguero (Asopesalg), Asociación de Pescadores de Santa Marta (Asopesmar), Asociación Ancestral de Trasmayeros de Taganga, Asotramtag, entre otras.

Chinchorreros de Taganga retiran la red de una pequeña embarcación en la orilla de la playa.


En Santa Marta los pescadores recorren diferentes playas para trabajar. Los Cocos, la Bahía, el Aeropuerto, playa Lipe, Puerto Gaira, Don Jaca, Playa Salguero, hacen parte de las zonas de pesca, sin embargo, en Taganga la práctica se hace con mucho orden y utilizan diferentes ancones. Algunos lo hacen de madrugada, otros prefieren por las noches.

Para Orlando Cotes, existe una historia tras la pesca en la capital del Magdalena que no ha sido visibilizada. “Los pescadores ayudaron a la construcción de la ciudad cuando sacaban la piedra de cal. Muchas obras fueron construidas con las piedras de cal sacadas por pescadores tagangueros y gaireros”, dijo en diálogo con EL INFORMADOR.

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Julio De Andréis ha trabajado toda su vida como pescador en Taganga. Explica que en ese corregimiento realizan la actividad en los ancones y los define como una parte a la que va la gente a recrearse, pero se lleva el chinchorro que pertenece a la pesca artesanal.

Canastas de pescados frescos, listos para la venta.


Precisamente la pesca artesanal tiene más de 400 años en Santa Marta. Para ejecutarla con éxito hay que hacer un trabajo en equipo. Parece fácil, pero no lo es. Los pescadores comienzan su labor desde aproximadamente las 5:00 de la mañana y la terminan a eso de las 6:00 pm. Se transportan en embarcaciones pequeñas. Con el fin de tener una mejor organización, decidieron crear una regla que responde a un sistema ancestral en la que se rotan de los once sitios de pesca por turnos.

En Taganga se dividen al menos 11 ancones para poder pescar. “Es una tradición indígena. La bahía de Taganga tiene 7 ancones y en el área del Parque Tayrona hay más (Granate, Punta Aguja). Allá queda el ancón de La Cueva en Bonito Gordo, entre otros”, comentó Orlando Cotes.

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El primer ancón de pesca en Taganga es en la primera playa, de nombre ‘Genemaka’; el segundo es en ‘La Playita’; el tercero es ‘El Ancón’, al lado de Playa Grande. Después vienen los de ‘Sisiguaka’, Monokuaka. Y más hacia el Parque Tayrona, se llega hasta Punta Aguja (donde hay tres conocidos como La Primera, La del Medio, y La Última); y más arriba queda La Cueva. Algunos se van hasta el Cabo de la Vela. 

Buzos cumpliendo su rol durante la faena de pesca en Taganga.


Según cuentan los pescadores chinchorreros tagangueros, para que la jornada en un ancón salga bien se necesita de más o menos 6 personas y cuando hay subienda se requiere hasta de 40 o 50. “Tendemos el chinchorro, se sube un vigía al cerro y otro se mete al agua para ver cuando entra el cardumen. Somos una pesca estacionaria en lugares solamente arenales donde podamos arrastrar el chinchorro. Es una pesca ancestral. Cada vez que entra el cardumen el vigía avisa, sacamos y volvemos y tendemos la red. Cuando el manchón es demasiado grande el vigía lo ve desde el cerro, los pescados tienen detalles que llamamos ‘relumbreo’,” manifiesta uno de los nativos.

Preocupación

El pescador depende del día a día. No tiene un sueldo fijo, no tiene pensión ni prestaciones sociales. Sale “a la de Dios”, siempre con la esperanza de captar una buena pesca, aunque hay faenas en las que no se saca nada y se va con las manos vacías después de haber invertido tiempo, energía y gasolina en las embarcaciones. A pesar de todo eso y más allá del dinero, el gremio se esfuerza por conservar la pesca artesanal para que no desaparezca y enseña a los menores para que en el futuro mantengan la costumbre cultural.  

Orlando Cotes, presidente de la Corporación de Pescadores Chinchorreros de Taganga.


Orlando Cotes Cantillo ve con preocupación que, pese a que la tradición se ha podido mantener por sí misma y sin ayuda de la Alcaldía ni de la Gobernación, ni del Gobierno nacional, existe el riesgo de que pueda desaparecer si no se cuenta pronto con la ayuda estatal. Por eso, hace un llamado directo primero a las autoridades locales para que les echen una mirada y les den un ‘empujón’ económico. 



El presidente de la Corporación de Pescadores le contó a EL INFORMADOR que ellos aplican la dinámica “de repartición de lo extraído”. Primero sacan lo que se invierte en gasolina, en comida, en hielo. Y eso se saca del mismo producido. “De lo que queda, le sacamos el 30 % a la red para que el dueño tenga ingresos propios como comprar materiales. Y el otro 70 % se distribuye dentro de los pescadores que hacen parte de la cuadrilla y de la faena de ese día. En partes equitativas se reparte”, afirmó.

Botes artesanales de pesca en la bahía de Taganga.


Festival de Pesca en Taganga

Con el propósito de preservar la cultura ancestral de la actividad de pesca artesanal, se realiza el Festival de Pesca desde el 2011, con apoyo del Ministerio de Cultura, el Fondo Mixto para la Promoción de la Cultura y las Artes del Distrito de Santa Marta y un grupo de líderes nativos. También se hacen jornadas de sensibilización, muestras gastronómicas y espectáculos naturales.

Artes comunes en pesca artesanal 

-Línea de mano: es el arte de pesca más amigable con los fondos marinos y permite ser más selectivos. Entre más grande el anzuelo, más grande el pez. 

-Palangre o espinel: hace poco daño a los fondos marinos y si se utiliza un tamaño de anzuelo adecuado, se evita la captura de peces juveniles y especies no deseadas. 

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-Red o enmalle: si se utiliza con un ojo de malla (espacio entre los hilos) adecuado y bajo supervisión, puede ser amigable. Entre más ancho el ojo de malla, más grande el pez.

EL DATO: A los bañistas les recomiendan no tocar la red ni nadar cerca, no generar ruido ni arrojar basuras, todo con el fin de no interrumpir la actividad en los ancones de pesca.




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