Vincenzo Nibali atacó en el ascenso más grande previo de la meta en la penúltima etapa del Giro de Italia y arrebató la “maglia rosa” al colombiano Esteban Chaves para prácticamente asegurar su cuarto título de un Grand Tour el sábado, coronando una dramática jornada de dos días en la 99na edición del clásico italiano.
“Ha sido un extraño Giro —uno difícil y agotador para mí”, dijo Nibali. “Empecé siendo el favorito y sentía toda la presión. Tuve mucha presión sobre mis hombros pero he ofrecido este gran espectáculo”.
Nibali llegó a la 20ma etapa 44 segundos detrás de Chaves y el italiano de Astana ahora tiene una ventaja de 52 segundos antes de la final del domingo, un tramo plano de 163 kilómetros (101 millas) de Cuneo a Turín que en su mayoría es meramente una procesión de ceremonia.
Nibali ni siquiera ocupó posiciones en el podio hasta que resurgió en la pelea durante la 19na etapa del viernes cuando el entonces líder Steve Kruijswijk se estrelló contra un muro de nieve en un complicado descenso.
Ha sido un afortunado giro de acontecimientos para Nibali, que parecía retirarse de la carrera mientras batallaba en los ascensos en las Dolomitas el pasado fin de semana.
“Pensé que tal vez todo estaba perdido pero también que quizá no había terminado”, declaró Nibali. “Mi desempeño de la semana pasada podría cambiar y pensé que algo podía ocurrir. Soy muy centrado y nunca me rindo. El año pasado en el Tour tuve días malos pero siempre traté de remontar”.
Podría ser el segundo título de Nibali en el Giro luego del logrado en 2013 y se suma a su colección de trofeos de competencias major, que también incluye una victoria en el Tour de Francia en 2014 y otra en la Vuelta a España en 2010.
Rein Taaramae, un estonio de Katusha, se llevó la 20ma etapa después de un ataque en solitario.
