El colombiano completó cuatro anotaciones con el cuadro español.
Luis Fernando Muriel anotó en la victoria del Sevilla 2-1 ante el Celta de Vigo, el colombiano le entregó el empate a su equipo tras un buen remate de cabeza a los 35 minutos, llegando a cuatro anotaciones con el cuadro español en la presente temporada.
Reanudaron el Sevilla y el Celta la competición en el Sánchez Pizjuán, tras el parón por los partidos de las selecciones internacionales, con la intención de arrancar con fuerza y, en el caso andaluz, consolidarse en los puestos europeos y, en el gallego, acercarse a ellos con un triunfo de prestigio.
El equipo que entrena el exmeta sevillista Juan Carlos Unzué, salió con el presumible once titular una vez descartada la reaparición del internacional turco Emre Mor, quien sigue en proceso de recuperación de una lesión.
El extécnico del Celta, el argentino Eduardo Berizzo, sí que reservó a hombres importantes al tener el Sevilla en la recámara el trascendente partido del próximo martes en este mismo escenario ante el Liverpool inglés, en el que estará en juego el pase a los octavos de la Liga de Campeones.
Jugadores como los argentinos Gabriel Mercado y Joaquín Correa ni siquiera fueron convocados y otros como el también argentino Éver Banega o el goleador del equipo, el francés Wissam Ben Yedder, esperaron su oportunidad en el banquillo.
Independientemente de la efectividad, el conjunto vigués se presentó más fluido que el rival y con una mejor disposición sobre el terreno.
El Sevilla, sin tenerlo demasiado claro en ataque y también con deficiencias en la defensa, se acercó al área céltica en busca del empate y así llegó la cuarta oportunidad para el 'Mudo' Vázquez, otra vez fallida, y la primera del delantero esta noche titular, el colombiano Luis Muriel, quien de cabeza firmó el 1-1.
Se mantuvo el partido intenso, con el balón de una a otra área sin que el Sevilla supiera jugar con el marcador a su favor y sin que el Celta tradujera en el empate sus ocasiones, como las muy claras de Maxi Goméz o el chileno Pablo Hernández.
Lo bueno para los intereses locales fue que el tiempo transcurrió y se entró en el último cuarto de hora sin que los vigueses encontraran puerta, aunque con la sensación de que en cualquier momento lo podían conseguir ante la inconsistencia defensiva local.
