No todos son venezolanos; también hay samarios ‘varados’ por la crisis.
Jesús Armando Ospino y Armenio Seguro, son dos samarios profesores de música que trabajan en los semáforos, tocando instrumentos para recoger dinero para su sustento, ante las pocas oportunidades de empleo que han tenido en la ciudad.
Cuentan que a diario los confunden con venezolanos, pero dicen con orgullo: “somos samarios”. Las dificultades los han obligado a salir a las calles a mostrar su arte para ganarse algo de dinero. Interpretan canciones con el trombón y el tambor gallego.