San José, hombre de silencio y obediencia
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu espo- sa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pue- blo de todos sus pecados”.
Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado. Reflexión: Hoy, volvemos la mirada ante el santo Patriarca, para pedirle que interceda por nosotros y acompañe a la Iglesia en el cumplimiento de su misión en el mundo.