La manipulación de la naturaleza

Hoy en día resulta comprensible la posibilidad de planificar genéticamente la descendencia, o de comprar experiencias, gracias a la tecnología de la información disponible, que consciente crear realidades virtuales más admirables que la propia realidad. Pueda ser que logremos sacarle más provecho a la parte de la vida, si lo deseamos, recurriendo al mundo construido para tal efecto, en vez de limitarnos a los que ofrecen las experiencias sensoriales corrientes.

Todas estas reflexiones pueden resultar amenazadoras. Al fin y al cabo, sugieren un gran potencial de desorden y desestabilización, y por lo tanto, es mejor recapacitar con firmeza la historia, sobre las cosas que ya han alterado la vida humana en el pasado. Los cambios en el bienestar material, por ejemplo, han transformado la política, no solo cambiando las expectativas, sino también, las circunstancias en las que tiene que tomar decisiones los políticos, las formas de operar las instituciones o de la distribución del poder en la sociedad.

Hoy en día, existen muy pocas sociedades en las que la religión influye o puede hacerlo como en el pasado. La ciencia ha ampliado enormemente la lista de herramientas para que la humanidad pueda discernir las cosas de la naturaleza.

En este siglo, es la responsable en gran parte, del enorme aumento demográfico, de los cambios fundamentales en las relaciones entre las naciones, del crecimiento y la caída de sectores enteros de la economía mundial, de la unión del mundo a través de una comunicación, prácticamente instantánea, y de muchos otros de los cambios más extraordinarios, e independientemente de los que haya podido hacer o no en el siglo pasado por la democracia política. Lo que sí se ha hecho gracias a la ciencia, es ampliar enormemente el conocimiento científico y la libertad de las prácticas convirtiendo en un fenómeno global.

Ahora bien, la humanidad está satisfecha de haber logrado conocimientos científicos y tecnológicos para gestionar el mundo, en la actualidad sabemos más sobre la fragilidad de nuestro entorno.

Hoy por hoy, hay una nueva razón, que la manipulación de la naturaleza pueden tener consecuencias nefastas, porque algunos pueden tener aplicaciones terribles, porque aún no se tiene la certeza para afirmar que la humanidad haga un buen uso de este conocimiento.

El debate político apenas ha empezado a reconocer el peso que tiene muchas de las cosas que han sucedido, y entre estas, las más debatidas - las "medioambientales": la contaminación, la erosión del suelo, el agotamiento de los recursos hídricos, la extinción de las especies, la tala de bosques - son las más evidentes.

Esta conciencia resulta evidente en la cobertura que ha dado en los últimos años el problema del "calentamiento global", es decir, el aumento de la temperatura de la superficie de la Tierra, considerando un efecto de cambios en la atmosfera, que afecta la existencia normal de la naturaleza.

Las Naciones Unidas reconocieron que el calentamiento global es realmente un peligro en aumento, y que en gran parte se debe a la acumulación en la atmosfera de gases emitidos por la actividad del ser humano.

El calentamiento global trae muchas consecuencias para las ciudades, especialmente para las urbes costeras, que pueden desaparecer por la elevación extremada del nivel del mar.

Por las muestras de los efectos nocivos del calentamiento global que se siguen multiplicando, los países desarrollados están buscando los primeros remedios jurídicos aceptables para reparar los daños provocados por el cambio climático y que las cosas no vayan a seguir empeorando sino mejorando.

Al fin y al cabo, la confianza de la humanidad está en la ciencia, porque sus buenas aplicaciones son exitosas y reales.

Verdaderamente, la ciencia se dedicará a combatir los efectos que está causando el calentamiento global.