¿Mancuso nuevo gestor de paz?

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


Antes de la llegada de Salvatore Mancuso al país, ya se comentaba que, el presidente Petro ya pensaba en él como su nuevo gestor de paz, una tarea solo la puede ejercer el presidente de la República.

Al asignarle esta labor a un hombre que apenas acaba de cumplir condena en los Estados Unidos es como condonar un diluvio de delitos que él mismo confesó a su llegada. “Asesiné más de cinco mil campesinos”, lo dijo sin muestra de condolencia ni de arrepentimiento y sin llegar a desconsiderar el dolor sufrido por los familiares de las víctimas, tampoco es dable asignar gestión de paz a un ser que jamás ha vivido un segundo en ella, a un hombre a quien, La Sala de Justicia y Paz de Barranquilla le negó concederle la libertad condicional.

 Es elementar comprender que conceder libertad condicional a un ser que en su pasado se desempeñó solo en acciones criminales, darle esta tarea sería otorgarle el beneficio de excarcelación ilimitada o indultar a un ser que no conoce la práctica de paz 

Sobre este caso también se pronunció La Procuraduría General de la Nación, indicando que esta designación de Salvatore Mancuso no puede afectar bajo ningún punto de vista los compromisos asumidos con las víctimas en la jurisdicción de Justicia y Paz.

Con esta nominación el nuevo gestor de paz, sí podrá solicitar a las autoridades judiciales competente la suspensión de la medida de aseguramiento, de pena o solicitar la pena alternativa en contra de miembros o ex miembros de grupos organizados al margen de la ley. Esto se podía tomar como una amnistía o condonación a aquellos que se han empeñado a enlutar a Colombia por más de dos décadas.

Esperemos que la nueva asignación del presidente Petro, no alimente la evolución del delito, y que los protagonistas de los hechos criminales dejen a un lado la actividad delincuencial organizada, porque aún no hemos dejado de sentir que son cercanas a nosotros las bandas criminales dedicadas al asesinato, al secuestro extorsivo, que son secuelas que nos ha dejado como herencia el nuevo Gestor de Paz. De igual manera esperamos que se simplifique la delincuencia organizada, la macro delincuencia como también la micro delincuencia, el deterioro de la seguridad, porque ya no vacilan en quitarle la vida a un ciudadano para robarle su vehículo sin éste llegue a poner resistencia, también es palpable que, en este nuevo gobierno, el crimen avanza con innegable rapidez, hacia las formas más elaboradas, sin que el nuevo gobierno se inquiete en la búsqueda de un mecanismo para combatirlo. Esta desatención del Estado ha contribuido visiblemente a que gran número de nuestros conciudadanos, no involucradas previamente en actividades delictivas, empiecen a pensar en el delito como una deseable forma de vida.