Brigitte Bardot, Cuchipe y otras notas

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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



“¡Qué hay de Cuchipe, qué hay de Cuchipe, qué hay de Dolores!”. Sorprende que estos versos colombianísimos hayan sido consignados en una grabación musical en la voz de una actriz de renombre mundial. Por un boyacense amigo suyo, Brigitte Bardot supo de esta composición en París y se enamoró de ella.

     Brigitte Bardot, conocida en la vida del cine y del espectáculo como BB, es hija de una familia de clase media. Nació en parís el 28 de septiembre de 1934. Su padre fue directivo de una empresa industrial; su madre organizaba desfiles en una casa de modas. Estudió en el Conservatorio Nacional de Danza. A los quince años conoció a Roger Vadim, joven guionista y ayudante de dirección cinematográfica; a los dieciocho se casó con él y el año siguiente ya era una estrella de cine. Fue actriz en la película ‘Joyeros al claro de luna’, donde comenzó a mostrar su desnudez. También filmó ‘El gran seductor’ y ‘Dichosa muchacha’, pero su éxito comenzó con ‘Y Dios creó a la mujer’, con Vadim como director. A partir de esta película, empezó a cobrar un millón de francos por actuación. Sin embargo, este filme causó la ruptura de su matrimonio y comenzó a vivir con Jean-Louis Trintignant, el protagonista de la película.

     Cuando Brigitte Bardot tenía cuarenta y cinco años la prensa francesa le había contabilizado cuarenta y dos amantes. Se casó con Jacques Charrier, padre de su hijo Nicholas. A los treinta y nueve años se retiró del cine. Tenía en su haber más de sesenta películas y la habían fotografiado más de sesenta mil veces. Se decía que "su cuerpo hablaba en las fotografías”.

     Indudablemente, la exactriz francesa ha estado comprometida con la defensa de los animales. Actualmente BB está casada con el político francés Bernard D’Omala, con quien comparte su mansión en la costa del Mediterráneo, rodeados por animales recogidos o comprados a expropietarios que los maltrataban. En el 2013 la exactriz amenazó con solicitar la ciudadanía rusa si el gobierno francés aplicaba la eutanasia a dos elefantes que se encontraban en el zoológico de Lyon. Ofreció cuidarlos en la fundación que creó con esa finalidad y, de paso, argumentó que tomaría esa decisión “para huir de este país que no es más que un cementerio de animales”. Lanzó una frase que justifica su convicción: “Sé lo que es vivir sin amor”. En el 2021 se opuso a la caza en Francia. Su campaña nacional pedía a los franceses “que se quedaran en casa”.

     En la música, BB grabó varios discos; el mejor de ellos, según la crítica, fue con “el chico malo de la música francesa”, Serge Gainsbourg. Muy pocas personas saben o recuerdan que, con su guitarra, grabó la canción colombiana ‘Qué hay de Cuchipe’. Podría hablarse de Brigitte Bardot para señalarla como ejemplo de quienes dicen “me retiro” y cumplen su palabra. Ella no ha querido saber nada más del cine, aunque se alejó de esta actividad cuando se encontraba en el cenit de su carrera.

     El otrora símbolo sexual no se oculta de las cámaras. Deja que la vida siga trazando sobre su piel los inevitables surcos que deja la edad. Cuando cumplió cincuenta años, en una entrevista afirmó: “Lo difícil no es vivir sino sobrevivir”. En varias ocasiones trató de suicidarse, a raíz de crisis sentimentales.

     En abril de este año, en medio de las manifestaciones por la reforma de las pensiones en Francia, BB protestó y calificó de “ser maléfico” a Emmanuel Macron, actual presidente de la nación gala.

     La inmensa simpatía que despierta BB entre los cinéfilos que la admiraron, como símbolo sexual más que como destacada actriz, se ve opacada al saber que durante la década de 1990 generó controversia al criticar la inmigración y la islamización en Francia, por lo cual fue multada varias veces bajo la acusación de “incitar al odio racial”. La actitud de la exactriz encierra una paradoja: excesivo amor para los animales y odio manifiesto a sus congéneres. Para colmo de males, recibió la reciente pandemia de la Covid-19 como una solución necesaria para controlar el “exagerado crecimiento de la población mundial”.