Víctimas del riesgo

Columnas de Opinión
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La guerra comercial entre Estados Unidos y China, sumado al fenómeno del Niño, tiene a todos los subsectores de la economía agrícola del país con los motores recalentados.

Si no se resuelve pronto el desacuerdo entre Washington y Beijing en materia arancelaria, las víctimas colaterales de esta guerra comercial van a ser los países tomadores de precios y débiles en materia de competitividad agrícola, como el nuestro. Y si el clima no mejora, la productividad del agro puede verse más afectada. Ante estas situaciones coyunturales, no queda otra alternativa que aplicar medidas de choque para administrar el riesgo de los agronegocios y las rentas de los productores.

Una alternativa ágil y con poco costo fiscal, es poner en marcha un plan de reperfilamiento de la cartera agropecuaria. Esta medida les daría oxígeno a los productores del campo para poder atender las amortizaciones de sus deudas con plazos ajustados a sus flujos de cajas, y retanquear sus créditos con tasa subvencionada para poder realizar las inversiones en nuevas siembras y aumento de productividad de cultivos perennes en el segundo semestre del año. Esta combinación evita las reestructuraciones, castigo de carteras y embargos, y al mismo tiempo incentiva la inversión en el sector rural.

Otra medida que ayudaría a superar esta crisis coyuntural, es incentivar a la banca privada a colocar más recursos de crédito en el sector primario, mediante una reducción de la provisión, un aumento del porcentaje de validación de sustitución de cartera forzosa y una reducción de la tasa de interés de redescuento de Finagro. Las subvenciones a las coberturas de precio a través de la Bolsa Mercantil de Colombia y del seguro agrario, a través del Fondo de Riesgos, son también instrumentos muy importantes que ayudan con la administración eficiente del riesgo agropecuario.

Otro tema que debe resolver prontamente el gobierno nacional, en cabeza del ministerio de Agricultura y la Agencia de Desarrollo Rural, es la inversión en presas y canales de riego en zonas agrícolas del país donde la precipitación se ha reducido considerablemente. Un crédito con el BID, a 12 años, administrado por Finagro y operado a través de redescuento por el Banco Agrario, ayudaría muchísimo a los agricultores y ganaderos del país a instalar en sus fincas los mejores sistemas de riego con paneles solares. Es un tema de sentido común, la agricultura se escribe con agua y financiamiento.

La globalización de la economía es un proceso creciente e imparable que afecta todos los negocios, cualquiera que sea el sector al que pertenezcan. Como consecuencia de este fenómeno, los responsables del crecimiento del sector agropecuario del país deben preocuparse más por la administración del riesgo y el aumento de la productividad, que, por los subsidios del gobierno para compensar la caída de los precios de mercado.
En el tintero: Con el lamentable cierre de Coltabaco, quedan 4.350 agricultores desocupados y 3.515 hectáreas con buena infraestructura productiva libres para desarrollar con la industria de los alimentos cultivos alternativos como ají, tomate, frijol y otras hortalizas. Ojalá no los dejen solo.


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