Como podemos observar, y de esto no cabe la menor duda, los partidos políticos se encuentran sumidos en la mayor espantosa crisis moral y ética de los últimos años; y como quiera que los partidos políticos son la extensión del individuo, es científico afirmar que si los políticos son sujetos que han demostrado con los hechos ( y el árbol se conoce por los frutos; tal árbol, tal fruto) ser ladrones, mentirosos, egoístas, codiciosos, financiadores de bandas delincuenciales, creadores de terroristas…, individuos que carecen de auténticos valores espirituales, como secuencia o corolario, los partidos políticos que son la extensión de éstos, están desprovistos de una ética de fondo, y por lo tanto, las fórmulas sociales y económicas que presentan a la opinión pública siempre quedan reducidas a meras promesas.
Los políticos han demostrado ser sujetos que piensan, sienten y actúan, así: primero yo; segundo yo; tercero yo; esto indica que no poseen unas bases sólidas de moral y ética; por lo tanto no son seres idóneos en los cuales se pueda confiar para darles el poder de manejar el país; así lo han demostrado; y demostración es demostración y ante la demostración hay que rendirnos.
Hoy día los partidos políticos son únicamente unos movimientos oportunistas sin ideología definida de ninguna especie, debido a la incoherencia, al caos mental de quienes lo conforman, teniendo como resultado esta última situación, la decadencia de los reales valores del espíritu en su interior psicológico; las ideas políticas de esos sátrapas es modelada desde la fetidez de su psiquismo deletéreo producto del estado inconsciente en que se encuentran por sus mentes arruinadas.
Los políticos en sí, ambicionan el poder para siempre; consideran que éste debe ser heredado por sus hijos, sobrinos, nietos, hermanos, etc. Observe usted quiénes han gobernado el municipio, el Departamento y el país… Y quiénes quieren seguirlo gobernando… Los políticos pretenden que el patrimonio público pase a sus manos, para proseguir con el sionista plan siniestro (Protocolos de Sión) de mantener la desigualdad de clases sociales, que alienta el proyecto que "sólo los mejores" (según ellos), es decir, los astutos, taimados, ladinos, cínicos, tienen derecho a gobernar…
Los políticos se visten de patriotas, de nacionalistas, de salvadores, de héroes, con el propósito de hipnotizar al proletariado, y de esta forma crecen, reciben vasallaje y pleitesías; esto es grande y hasta divino para ellos; así ocultan sus delictivos hechos ignominiosos.
Para los políticos el pueblo no tiene la menor importancia; lo importante son sus sueños fantásticos que se fundamentan en su soberbia, su orgullo, su vanidad, su codicia, su violencia que disfrazan de actos de paz; en verdad ellos se revuelcan entre el lodo de sus farsas.
Todo esto tendrá su final cuando el pueblo sin violencia, porque no la necesita, no los apoyen más con su voto.
Para que el pueblo realice este acto tan extraordinario debe comprender que los políticos son ídolos de arcilla creados por la misma masa proletaria; y sin el respaldo de ésta caerán pulverizados.
Desgraciadamente tenemos que reconocer que es muy difícil que el pueblo se deshipnotice, se independice de esos amos que los esclavizan, que lo utilizan cada vez que viene un proceso electoral. La independencia psicológica es una flor muy exótica y sólo teniendo el valor de reconocer la vergüenza de elegir a esos seres ineptos para que gobiernen, se llegará a poseerla… ¡Ya vienen los políticos! y viejos sueños con disfraz de nuevo nos traerán, y nosotros nuevamente como imbéciles, pasivamente comenzaremos a soñar con una ciudad mejor, un Departamento excelente, una vida superior… ¡Ya vienen los "políticos"…!
Cuando hablo de políticos, en verdad me refiero a los politicastros, o sea, al ser disoluto, inmoral, que citamos ilusoriamente político; afortunadamente para nuestro bien, en el país quedan unos pocos políticos que se pueden contar con los dedos de la mano y sobran dedos…
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