La Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la Resolución del 15 de Diciembre de 1972, establece el 5 de Junio de cada año como el Día mundial del Medio Ambiente.
Esta fecha no puede pasar desapercibida, se debe sensibilizar al país, creando conciencia en todos sus habitantes de la necesidad de proteger nuestro hábitat por medio de la atención y creación de acciones políticas que mantengan la sostenibilidad de un desarrollo equitativo.
Quien no ha oído la frase: que en la vida hay que tener un hijo, leer un libro y sembrar un árbol, esto último con mayor razón debiéramos ponerlo en práctica en este día acompañado con actividades de reciclaje y limpieza de parques, playas, etc, y asumir una actitud crítica de lo que nos afecta y favorece a nuestro entorno.
El defensor de los derechos civiles, el norteamericano Martin Luther King, manifestó: "si supiera que el mundo se ha de acabar mañana, aun así plantaría un árbol", y es que nunca es tarde; niños y adultos mayores pueden plantar un árbol.
Debemos tener en cuenta cuales son los factores o causas que impactan el entorno del ser humano, agua, suelo y biodiversidad, cada día el medio ambiente es afectado por el abuso de acciones humanas indiscriminadas que nos pueden llevar a una catástrofe, como son la deforestación, contaminación del agua y el aire que produce el efecto invernadero.
Todos tenemos derecho a disfrutar de un ambiente sano, eso es lo que legalmente se expresa en Colombia. ¿Pero será que se cumple?, creo que no.
Al Estado colombiano le corresponde en gran parte proteger el medio ambiente, la diversidad biológica, los procesos ecológicos, los parques nacionales y demás áreas de especial importancia ecológica, como prioridad hasta allá debe apuntar la función pública.
Una de las fallas que observo es que no se aplican sanciones a los infractores, o si las hay, son irrisorias, causan risa. Y muchas veces cuando el interés mueve las autoridades ambientales se hacen los ciegos, sordos y mudos.
Nuestra Carta Magna define el carácter social del Estado colombiano y en este marco reconoce la protección del medio ambiente como derecho colectivo en su Art. 79 que consagra que todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano.
Lo anterior implica asegurar que la satisfacción de las necesidades actuales se realice de una manera tal que no comprometa el derecho de las futuras generaciones para beneficiar las propias.
La ley 99 de 1993, ley del medio ambiente ordena entre otros asuntos la conservación del mismo y los recursos naturales renovables.
Se habla hoy día del desarrollo sostenible, pero ¿existe el compromiso para que se cumpla? Si no somos conscientes de esto llevaremos al mundo a un caos, diremos que es el avance acorde entre el crecimiento económico, los recursos naturales y la sociedad, evitando comprometer la posibilidad de vida en el planeta.
La tierra la sigue degradando el ser humano, acabando con la flora y la fauna, muchas especies están en peligro de extinción a medida que las emisiones de carbono continúan cambiando el ambiente en que vivimos. El modernismo ambiental debe estar vinculado el desarrollo sostenible.
La naturaleza no miente, muestra de inmediato la reacción, sus consecuencias; ella es muy sabia y coherente. Hay que proteger a la naturaleza para que ella nos proteja.
La pregunta que nos debemos hacer todos es: ¿qué estamos haciendo para sanear el medio ambiente? Este interrogante debemos hacerlo continuamente a través de diálogos interactivos y que no solo se den en la fecha discursos de protección del medio ambiente como letra muerta.
La alerta temprana es que no le llevemos la contraria a la naturaleza, así que debemos insistir como un eco reiterado protector del Medio Ambiente para mejorar la calidad de vida de los seres humanos.
