El ejército libertador, organizado por Francisco de Paula Santander por orden de Simón Bolívar, protagonizó la guerra de independencia, que obtuvo el triunfo militar el 7 de agosto de 1819.
Al igual que el 20 de julio, el 7 de agosto es considerado como una de las importantes celebraciones patrióticas de nuestro país ya que su relevancia radica precisamente en su simbolismo como mito fundacional de la nación, y en el caso del 7 de agosto, es también la fecha para recordar las personas que dieron la vida por la campaña independentista.
Culturalmente, estas conmemoraciones permiten cohesionar la historia de la nación y de esta forma lograr que la población se interese por la historia política del país. Más que la construcción de monumentos conmemorativos, o la participación en eventos que celebran estas fechas, esta conmemoración se ha constituido gradualmente en una oportunidad para reflexionar desde varios escenarios, tales como colegios, universidades y medios de comunicación, sobre la memoria histórica de nuestra nación y la importancia de que esta memoria sea siga siendo recordada.
Una historia que es una memoria
La Batalla de Boyacá se desarrolló el 7 de agosto de 1819 y se conoce como el evento que concluyó la campaña independentista que empezó a finales del siglo XVIII y tuvo como fecha emblemática el 20 de julio de 1810.
Después del 7 de agosto de 1819, los territorios que hoy se conocen como Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá, constituyeron la nación conocida como la Gran Colombia, la cual existió hasta 1930.
Los nueve años que transcurrieron desde el 20 de Julio fueron una etapa especial para la constitución de Colombia como nación. Durante este periodo se establecieron los liderazgos de la independencia y se unificó gran parte de la población bajo el sentimiento y el ideal independentista.
Fue precisamente en este periodo que las figuras de Bolívar, Santander y los otros llamados próceres de la independencia se hicieron importantes e inspiradores para las personas que habitaban estos territorios, lo que permitió que la campaña independentista fuera posible y que el sentimiento nacionalista empezara a prosperar.
Sin embargo, este proceso de independencia no fue fácil. En 1814, con el retorno del rey Fernando VII al trono, España envió una campaña de reconquista que logró que durante tres años el imperio español tuviera de nuevo el control sobre estos territorios. Durante este periodo, los independentistas organizaron una serie de guerrillas que resistieron al régimen español y que más adelante se convirtieron en la base del Ejército Libertador, el cual fue organizado por Francisco de Paula Santander por orden de Simón Bolívar. Este ejército libertador fue el que protagonizó la guerra de independencia, la cual obtuvo el triunfo militar el 7 de agosto de 1819, que llevó a la independencia final de los territorios del norte de Suramérica, incluido los que hoy se conocen como Colombia.
La batalla terminó a las cuatro de la tarde del 7 de agosto de 1819. Murieron más de 100 realistas, entre ellos el coronel Juan Tolrá y el comandante Salazar, y 150 quedaron heridos. De los patriotas murieron 13 soldados, entre ellos el capellán de la vanguardia, fray Ignacio Díaz, y 53 quedaron heridos.