A través de una carta del gerente general de Electricaribe, José García Sanleadro, repudió el hecho en el que fue víctima Alexander Garrido Salas, ingeniero de la empresa, quien recibió un disparo en la cabeza en cerca a su casa en el barrio Los Andes en la ciudad de Barranquilla, el pasado 24 de septiembre.
El comunicado enviando a este medio por el alto ejecutivo, manifiesta que es inaceptable pensar que un ser humano que cumple una legitima gestión en favor de la comunidad, sea asesinado en razón de su trabajo.
En lo corrido del año, reiteró, más de 170 funcionarios de Electricaribe han sido retenidos y agredidos en desarrollo de sus labores operativas, en diferentes zonas de la Región Caribe.
Un ejemplo, dijo el directivo en el escrito, es el episodio del pasado 19 de septiembre en Riohacha, La Guajira, cuando varios operarios de la empresa fueron atados a un árbol y expuestos al escarnio público por desarrollar su función.
"Esta problemática, sumada a los daños ocasionados a nuestras instalaciones físicas, nos lleva a reiterar e insistir en nuestra solicitud de apoyo y acompañamiento de las autoridades para que se ofrezcan las garantías necesarias para el desarrollo de las actividades de distribución y comercialización de energía por parte de la compañía".
Para el funcionario resulta inaudito pensar que un inversionista extranjero, "cuyo propósito es prestar un servicio público en condiciones de calidad y seguridad, como lo hace en los más de 30 países en los que opera, se vea expuesto a estas situaciones".
Y añadió que, además, los niveles de deuda de energía por parte de sus clientes superan los $1,5 billones y las pérdidas anuales por fraude e impago son de $600.000 millones, lo que, a su juicio, hace inviable la prestación sostenible del servicio con la calidad adecuada.
