Al menos 51 personas fueron asesinadas el jueves en un repunte de la violencia que abate a este pequeño país centroamericano donde las fuerzas de seguridad y las maras o pandillas se enfrentan a diario.
La Policía Nacional Civil confirmó la cifra histórica de muertes violentas, que superó los 45 homicidios registrados el sábado 22 de agosto, que incluía los 14 pandilleros que fueron asesinados por sus mismos compañeros en una cárcel al oeste del país.
El informe indicó que la mayoría de los homicidios se registraron en el área metropolitana de San Salvador y en la zona paracentral del país.
Según las autoridades, el repunte de la violencia delincuencial es producto de la estrategia gubernamental de represión del delito y que ha generado un incremento de enfrentamientos a tiros con los grupos criminales.
El ministro de Seguridad Pública Benito Lara ha dicho que además de los pandilleros que han caído en los enfrentamientos con la Policía, gran parte de los homicidios responden a purgas internas de las pandillas o a una dispuesta territorial con los grupos rivales, como la matanza en la cárcel de Quezaltepeque.
Sin embargo, defensores de los derechos humanos han advertido que también hay abusos de la Policía y de la fuerza armada. Han expresado su preocupación por la reacción de los policías y militares, y han denunciado abusos de autoridad, violencia arbitraria y respuesta excesiva con armas de fuego.
Las autoridades también confirmaron que encontraron el cadáver del cabo de la policía Moris Adalberto González García, desaparecido desde el martes cuando salió de su casa en la zona paracentral del país y se dirigía a su puesto de trabajo en Puerto El Triunfo, Usulután, al este de la capital.
El cuerpo de González García fue localizado en una zona rural del municipio de San Carlos Lempa, del departamento de San Vicente, a unos 70 kilómetros al sudeste de la capital.
SAN SALVADOR, El Salvador (AP)
