‘La casa de los pesebres’

Nelly López Conde junto a su nieto, Isaac Guerra Conde, rodeados de algunos de los pesebres ubicados en la sala de la casa.

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La samaria Nelly López Conde ha convertido su vivienda en un pequeño museo, en donde exhibe más de 900 nacimientos del Niño Jesús, una colección que inició hace 40 años.

Por: Daniela A. García G.
Redacción EL INFORMADOR
Fotos: Orlando Marchena

No hay un rincón de la casa de Nelly López Conde, una samaria jubilada del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en la que no haya una figura alusiva al nacimiento del Niño Jesús.

En la vivienda de la nutricionista, ubicada en el barrio El Jardín, hay al menos unos 900 pesebres de todos los tamaños, colores y materiales.

“Cuando los conté tenía 876, pero ya deben pasar los 900, porque me han regalado muchos y he comprado otros”, asegura López Conde. Esto sin contar las figuras de Jesús María y José que tiene en manteles, sábanas, cojines, cortinas, toallas, tapetes, camisetas, vajillas y hasta en el guarda papel higiénico.

La colección de la samaria incluye belenes de vidrio, cerámica, madera, porcelana, cartón, piedras y tejidos. Otros menos convencionales están hechos con granos de arroz, dentro de una semilla de mamón o en un huevo de codorniz.

Su amor hacia los nacimientos se nota incluso desde antes de entrar a la vivienda. Y es que colgado en la puerta principal tiene un pesebre tejido, imagen que se repite en un cuadro colgado en una de las paredes laterales de la terraza, en grandes figuras de plástico en una de las esquinas del jardín frontal, en una guirnalda en la ventana y en adornos que cuelgan desde el techo.

Sus inicios

“Cuando me casé mi mamá me regaló un pesebrito y yo lo puse en una mesita. Esa mesita se incendió por una vela, entonces todo el mundo se enteró que se me había quemado el nacimiento. Cuando eso sucedió, mi mamá me regaló otro pesebre y unas compañeras del trabajo también. Además, el que se me había quemado lo logré recuperar, así empezó todo esto”, recuerda López Conde.

“La verdad no me di cuenta de en qué momento me fui llenando de pesebres. En el Bienestar Familiar todo el que iba a una comisión, me traía un nacimiento. Esta  es la hora en la que todo el mundo me regala”, agrega la ahora pensionada.

Sus amigos le han traído las características imágenes de la Sagrada Familia de Leticia, Bogotá, Cartagena, entre otras ciudades del país. Pero también de tierras extranjeras, como Canadá, Estados Unidos, México, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Perú, Chile, Argentina, Italia, Kenia e Israel, solo por mencionar algunas.

Los belenes adornan sala, comedor, habitaciones, baños, cocina, terraza, patio y absolutamente todos los espacios de la vivienda, que se convierte en una de las más visitadas en época de novenas.

Para ella su colección no tiene precio, su valor es incalculable desde el punto de vista emocional y espiritual. Además, se trata del tesoro que heredarán a su hija y su nieto.

El montaje

La pasión de Nelly por los pesebres contagia a toda la familia. Su esposo, Orlando Salas, siempre la apoyó en su afición por coleccionarlos. Ahora su nieto, Isaac Guerra Conde, pinta imágenes de nacimientos, que son enmarcadas por su abuela y colgadas en las paredes.

“Mi esposo, mi hija, una amiga y yo armamos todo esto desde finales de octubre. Tengo un cuartico solo para guardar las cosas de Navidad”, afirma la mujer de 65 años.

Nelly se siente orgullosa de su colección, en su casa recibe a sus familiares, vecinos, amigos, compañeros de escuela de su nieto, comunidades eclesiales y a todos a quienes quieran disfrutar de los belenes. “La gente dice que esta es ‘La casa de los pesebres’”.

Algunos de los pesebres de Nelly López Conde.
Algunos de los pesebres de Nelly López Conde.
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