Cuando las Farc llevó el infierno

Un convoy del Batallón Córdova, que intentaba evitar un secuestro masivo en Aracataca, cayó en una trampa de la guerrilla que les costó la vida a once uniformados.

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Sentado en una silla, en medio de novillos, me encontré a José Manuel Navarro Angarita, un señor de 60 años, con manos fuertes y aún mucha esperanza en el campo.


“Lo que les voy a contar es que, cuando no estaba la presencia el Ejército aquí, se encontraba era la guerrilla. Entonces nos obligaban a que les trajéramos botas y tarjetas para celular. Después que se iban los guerrilleros, se metían los paramilitares, ellos llegaban matando a los campesinos  y nos obligaban que les diéramos gallinas a las malas y fue así como se presentaron muchas muertes inocentes”,  me comentó José Manuel,  un hombre que cuenta una vida llena de dolor y sacrificios, gracias al conflicto armado de la época.

Fue en el periodo entre 1990 y 2006, que el departamento del Magdalena era disputado entre fuerzas extremas al margen de la ley, siendo la población víctima de homicidios, desplazamientos forzados, desapariciones, secuestros y extorsiones.

De acuerdo con el informe de la Comisión de Observación de la Crisis Humanitaria en la Sierra Nevada de Santa Marta, Defensoría del Pueblo y Conferencia Episcopal (2003) “La Sierra Nevada, por sus características geográficas y ubicación estratégica, constituye un importante escenario para la disputa territorial entre los actores armados ilegales. La Sierra abastece de agua a los trece municipios y a las industrias agro-exportadoras de las zonas planas de la Costa Atlántica.

Su proximidad al mar facilita el contrabando, el aprovisionamiento de armas y de municiones así como el narcotráfico. Además es un corredor estratégico que se extiende desde la frontera con Venezuela hasta la región de Urabá y que incluye las regiones del Cesar y la Ciénaga Grande de Santa Marta, en camino hacia Córdoba”.
300 guerrilleros causaron la emboscada a los soldados que llegaron a un llamado de emergencia.
300 guerrilleros causaron la emboscada a los soldados que llegaron a un llamado de emergencia.


Una historia que

no se repetirб

Y es que, a través de su relato, José Manuel cree que es posible que este período en la historia, no se repita. Él es el portavoz de muchas historias de campesinos que vio sufrir por causa del desplazamiento, “Una vez vendiendo limones en Fundación, (lugar donde fui a vivir, desplazado por la violencia en mi finca) llegó una niña llorando a pedirme una limosna, — “Señor regáleme dos mil pesos”— me los pide llorando.

—Le pregunto: ¿Por qué llora?; — “ay señor porque en la finca nosotros no comprábamos el guineo, ni la yuca, teníamos gallinas, teníamos cerdo, teníamos chivos, teníamos ganado y nos vinimos desplazados y ahora aquí estamos es sufriendo, y buscando la manera de alimentarnos”.

Al ver esta situación, en la noche me tire de rodillas y dije: “Señor lo que para el hombre es imposible  para ti es posible”, “Señor que nos abran un Batallón, que nos abran un Batallón”, una semanas después nos volaron la Meteoro, yo llevé esa información al Batallón Córdova, les dije que estaban allí 300 guerrilleros, con Guillermo Molina, en ese entonces Comandante del Frente 19 de las Farc, y a los tres días de haber ido al Batallón, volaron la Meteoro, ocho soldados y tres oficiales murieron”.

Para el 27 de marzo de 2003, un grupo de soldados del Batallón de Infantería Mecanizado No.5 General José María Córdova, cumpliendo tareas en la Operación Meteoro, con la que se buscaba garantizar la seguridad en las vías del departamento del Magdalena,  intentaron evitar un secuestro en Aracataca, Magdalena; secuestro masivo que idearon el Frente 19 de las Farc, con el fin de colocarle una trampa al grupo de militares, quienes tras un recorrido de dos kilómetros, quedó en medio de un campo minado, lo que le costó la vida a once militares y ocho más resultaron heridos.

Acciуn paramilitar

Un boletín publicado en la VerdadAbierta.com, alias ‘Jorge 40’, explicó que el Bloque Norte y sus frentes combatieron a los Frentes 19 y 37 de las Farc. La Fiscalía documentó que el Frente 19 delinquió en Aracataca, Ciénaga, Fundación, Pivijay y Santa Marta y en varios corregimientos compartiendo territorio con el Frente Francisco Javier Castaño, que a su vez hace parte del Frente de Guerra Norte del Eln.

José Manuel nos explica cómo a través del programa “Magdalena vuelve al campo”,  iniciativa liderada por la Primera División del Ejército Nacional, la Segunda Brigada y la Asociación Cívica de Empresas de Santa Marta y el Magdalena (Asocie), con el cual se buscaba mantener el control del área del departamento las 24 horas del día y reducir los índices de criminalidad con una red de comunicaciones y transporte que alerten de manera inmediata cualquier acción delictiva que afecte la tranquilidad y seguridad de los gremios palmicultor, bananero y ganadero del Magdalena.

De acuerdo a la oficina de Acción Integral de la Primera División, “Magdalena vuelve al campo”, es un programa especial de seguridad creado desde el 2004 por el señor general (R) Mario Montoya Uribe, comandante de la Primera División en esa época, que buscaba  acompañar al sector agrícola y ganadero del departamento del Magdalena a retornar a las fincas, garantizándoles la seguridad a sus propietarios y empleados, logrando recuperar este importante renglón de la economía de la región.

Esta tranquilidad se logró gracias al esfuerzo de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, de la mano de las entidades del Estado.  “Hoy aquí estamos con una tranquilidad total, los bandidos se han ido, se han desaparecido del todo, en este momento vivimos en paz, todo el mundo vive tranquilo, entonces ahora sí los ganaderos, los palmeros,  todo el mundo llega tranquilo, pero la verdad es que fue un trabajo del Ejército en cabeza del señor general Díaz, el señor general Giraldo, señor general Peña, señor general Rocha, señor general Montoya, y de allí  para abajo muchos oficiales del Ejército le pusieron el pecho a esto como lo es el actual Comandante general Navarrete, hombre honorifico que ha seguido luchando por la paz que vivimos, para que estemos así”.



Actualmente, en el departamento del Magdalena  se fortalece el accionar contra las bandas criminales que se viene adelantando con la Operación Troya Tayrona y sumado al  programa “Magdalena Vuelve al Campo” se siguen protegiendo los activos estratégicos que conforman la infraestructura económica de esta región.

Como zorros y sabuesos…

Como zorros y sabuesos, el tradicional juego en el que los primeros deben usar su imaginación para no ser encontrados y devorados por los segundos, se hallaban, el 13 de marzo, de 2003, el batallón METEORO del Ejercito, y el Frente 19 de la ONT FARC. Se disputaban un “juego” por la vida, en la vía de la Vuelta al Torito, en el que los más sanguinarios tenían la posibilidad de resultar victoriosos.

-           Hay una cola de carros, al parecer porque hay un vehículo varado en plena vía - sentenció el centinela –

Sin embargo, el verdadero motivo de la caravana de carros, se debía a algo más complejo: el Frente 19 de las Farc había secuestrado a dos civiles y hurtado, al mismo tiempo unos vehículos. En ese momento, el “juego”, propuesto por el grupo armado, comenzaría a gestarse. Pues al darse cuenta de lo ocurrido, la tropa comandada por el capitán… daría la batalla, para rescatar a los rehenes.



Era tal la desesperación de los “zorros” de la tropa militar, por rescatar a los secuestrados, que se dieron a la marcha de seguir el rastro que los “sabuesos” del Frente 19 dejaban en la vía (gaseosas y panes). El timón del REO, estaba a cargo del soldado profesional Zúñiga, pero cuando llegaron a la trituradora, se desviaron de camino, y perdieron la pista de los guerrilleros.

—Soldado, los guerrilleros están disparando al aire, por el sector de Casa Amarilla—  informaron, ansiosos, un grupo de civiles, a la tropa -.

Durante ese periodo de 2003, el Estado creó batallones para reforzar los existentes, y así recuperar el territorio, para realizar varias operaciones, como parte de los operativos orientados a golpear y desalojar unidades de los frentes del Eln y las Farc.

La patrulla militar, aumentaba su ritmo de búsqueda, olvidándose del aviso de los civiles, de que los guerrilleros iban repartiendo disparos por doquier. Así, cuando arribaron al puente del sector de Casa Amarilla, sucedió, casi que, a cabalidad, el plan que los guerrilleros tenían planeado desde un principio: emboscar a los militares, compuestos por una patrulla de cinco vehículos.

Con toda una detonación en escena, los sabuesos del juego, terminaron por devorar a los zorros, que tanto lucharon por salvar las vidas de los presuntos secuestrados que los insurgentes tenían en su poder. Causando la muerte de un oficial, un suboficial y nueve soldados profesionales que componían la patrulla militar y que terminaron perdiendo este juego por la supervivencia.1

De este modo, aquel macabro episodio perdurará en la mente de quienes lo padecieron, y quedaron vivos, para relatarlo, teniendo como testimonio y certeza, que aquel ha sido el juego más amargo de sus vidas.

Por TE. Carlos Manosalva

Oficial del Ejército Nacional 

Especial para EL INFORMADOR


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