Guardacostas tunecinos interceptaron en las últimas 24 horas a 2.640 migrantes de diferentes nacionalidades del África subsahariana y 48 ciudadanos nacionales además de recuperar el cuerpo de otras 13 personas frente a las costas de Sfax (centro-este), principal punto de partida de la migración irregular hacia Europa.
La Guardia Nacional informó de que sus unidades frustraron 85 operaciones de migración irregular, detuvieron a 15 individuos implicados en el tráfico de personas y se incautaron de 23 barcos, 68 motores y un camión destinado al transporte de los migrantes.
Por otro lado, la Media Luna Roja y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) revelaron hoy haber distribuido alimentos y agua potable a un total de 7.000 migrantes "varados" en esta misma ciudad durante el mes sagrado de Ramadán y haber puesto en marcha una clínica móvil para ofrecer asistencia urgente a las personas más vulnerables.
Italia ha registrado un descenso de las llegadas desde Túnez tras la firma del memorando de entendimiento con la Unión Europea (UE) en julio pasado, que incluye un presupuesto de 150 millones de euros para reforzar el control de las fronteras.
Mientras la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, ha defendido los "buenos resultados" de su socio, el Parlamento europeo adoptó en marzo una resolución para pedir a la Comisión que justifique el motivo de este acuerdo "especial", al considerar que no respetó el procedimiento habitual, y transparencia sobre las condiciones de su financiación.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), durante el primer trimestre del año más de 11.055 personas desembarcaron en las costas italianas por la ruta del Mediterráneo Central, un 60% menos que en 2023, mientras que al menos 340 personas murieron o desaparecieron durante esta travesía.
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En cifras de la ONG Foro Tunecino de Derechos Económicos y Sociales (FTDES), que vigila el fenómeno de migración en el país norteafricano, los tunecinos representan la tercera nacionalidad, alrededor del 13%, de todas las llegadas.
Las ONG consideran que Túnez no es un país "seguro" para devoluciones de rescates y denuncian detenciones arbitrarias y expulsiones forzadas de centenares de personas subsaharianas, incluidos refugiados y solicitantes de asilo, a zonas desérticas fronterizas con Libia y Argelia sin acceso a agua, comida ni asistencia humanitaria. EFE
