Tragedias en el fútbol (IV) 29 de mayo. 1985. Bruselas, Bélgica

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Por: Carlos Bayona Herazo

Estaba por disputarse la final de la Copa de Europa entre dos de los mejores equipos de ese continente: Liverpool y Juventus. El estadio de Heysel estaba lleno a reventar, y lo que estaba dispuesto a ser un espectáculo, terminó en tragedias.

El equipo inglés llegaba a este partido como el actual campeón del certamen, mientras los italianos eran los monarcas de la Recopa de Europa, eran la base de la Italia campeona del 82 y tenían al mejor jugador del continente en ese momento: Michel Platini.

Además, unos meses atrás los dos equipos se enfrentaron por la Supercopa. La Juventus, por esas cosas de la vida (solo se jugó el partido de ida), fue campeón y los hinchas del Liverpool quedaron con la "rasquiñita".

Para esa época estaba en crecimiento el hooliganismo, que ya había traspasado fronteras y los organizadores no supieron cómo manejar esta situación.

La distribución de puestos para los hinchas de los equipos y los neutrales fue perfecta… en el papel.

Una hora antes del comienzo del encuentro hinchas de la Juventus y del Liverpool estaban unos al lado del otro, y esto desencadenó en una masacre.

Los hooligans ingleses se lanzaron en busca de los italianos que se encontraban en la zona aledaña pero que era la misma tribuna. Los italianos comenzaron a correr, pero se encontraron con las vallas y los muros del estadio, por lo que se quedaron aprisionados. Muchas personas en otras zonas del estadio comenzaron a saltar al campo de juego con palos y demás para intentar ayudar a los que se encontraban atrapados.

Esto provocó que la seguridad cerrara las puertas de acceso en esa parte para evitar que más seguidores se unieran a la trifulca. Pero esto también evitó que los hinchas que estaban siendo golpeados salieran de la tribuna, provocando asfixia y aplastamiento. Algunos se salvaron, pero hubo 39 víctimas fatales y más de 600 heridos.

Los brillantes organizadores creyeron que era mejor jugar el partido ya que la suspensión de este podía desencadenar una trifulca aun mayor. Los seguidores podían ver los cuerpos sin vida al lado del estadio. Un acto que se reprochó en todo el mundo.

Esta tragedia repercutió gravemente en la liga inglesa y también en el fútbol mundial. Aunque por números no fue la tragedia más grande del fútbol, sí fue la más mediática de todas y ayudó al exterminio del hooliganismo.