El sentimiento de la fe

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



Los años no solo proporcionan canas sino que indiscutiblemente dan una visión global, de conjunto, producto de las mismas experiencias de peso específico, realista y de objetividad.

En la medida en que la gente recorre la vida, normalmente adquiere madurez, lo cual es un soporte o bagaje que origina, estudiar, sopesar y analizar mejor todas las situaciones.

Se tiene más fe en el Altísimo, más fe en sí mismo y ello hace que las cosas, los problemas y las dificultades las sortee con mayor propiedad, con verdadera sensatez, con total razonabilidad y por ende maneje o resuelva todo con mucho más eficacia, positivismo y acierto. De ese modo logra sus propósitos cualesquiera que ellos sean.

De ahí el adagio popular que nos reza y señala de que la "experiencia es la madre de todas las ciencias".

Las personas jóvenes inteligentes, avasalladoras, que se abren campo, que sobresalen y que están prestando servicios eminentes a la Patria en el sector público y privado, a pesar de que su preparación profesional es óptima, a veces incurren en errores garrafales, precisamente por el hecho de que les falta ese cúmulo de vivencias humanas, que son justamente aquellas fruto de los años, que dan lugar a que no se improvise, ni se actué a la ligera, ni en forma precipitada e imprudente.

La fe desde el punto de vista católico es creer en aquello que no se puede ver, ni palpar, ni percibir. Es la convicción o seguridad plena de algo que no está al alcance de la mano, esto es que no se posee. Es sentir en el alma que el Señor acompaña, permanece, protege y bendice.

Pero los milagros los hace cada uno con su fe desde luego, pero poniendo de su parte, habida cuenta de que el ser espectador no es lo conducente y pertinente sino hay que ser protagonista, es decir estar interviniendo directamente con su trabajo, su conocimiento, su dedicación, su disciplina y su voluntad por hacer los menesteres a que haya lugar.
No sobra recordar lo que nos pone de presente la guía cristiana en el entendido de que "ayúdate que yo te ayudaré".

Esta sentencia nos indica simplemente que la frase célebre que muchos pronuncian de que "Dios proveerá", solo tiene sentido cuando la persona está haciendo el esfuerzo, está poniendo las ganas y la pasión por un cometido o meta trazando en consecuencia el camino que le permitirá lograr sus derroteros.

En todas las causas y más aún si son nobles no se puede dudar en alcanzarlas, por la misma razón la fe es indispensable. Al lado de la confianza en la labor que se desempeña y como es apenas natural acompañada de la persistencia, del sacrificio y del pensamiento constructivo y afirmativo. Quizás por ello el lema de los hombres de honor, "el Ejército es fe en la causa".

Es conveniente hacer ver que todas las fuerzas internas que mueven al ser humano son las mismas que mueven el mundo y ellas son intangibles, tales como el amor, la inteligencia, el poder del pensamiento y ciertamente ahí está la fe en primer lugar, como alimento y fuerza espiritual.

Cuando las circunstancias que nos rodean son más críticas y complicadas en todos los aspectos es cuando debemos tener más fe, aferrarnos a ella, volcarnos o envolvernos con ella y de esa manera nos inmiscuimos o formamos parte integral de ella y así ensimismados en conexión con el Creador, obtenemos lo que nos proponemos y queremos.

Que grave es y eso nos está sucediendo en nuestro país, que se pierda la fe en el Gobierno, en las Instituciones, en la Justicia, toda vez que ese estado de cosas no es más que la debacle.

Desgraciadamente las perspectivas futuras nos muestran o nos dejan translucir ese panorama sombrío y deplorable.