Felicidad al alcance de la mano

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



La noticia se volvió viral entre los adanes colombianos de las redes sociales que se frotaban, espero que las manos, divulgando el último descubrimiento de la ciencia, y complacidos anticipando las posibilidades.

Los medios colombianos dieron a conocer un estudio que afirma que el semen es antidepresivo para las mujeres que tienen relaciones sexuales sin condón.

Paralelamente, unas reporteras radiales entrevistaban al doctor González, sexólogo, sin atreverse a formularle la embarazosa pregunta. El doctor González las animó para que abrieran la boca sin pena, y esto bastó para que las reporteras trataran de resolver la duda, de si tomadito, también tendría el mismo efecto.

Se escuchó un si. Explicó el doctor González, que cuando una mujer se traga "con gusto" el semen de su pareja, esto constituye un acto de entrega que le genera mucho bienestar sicológico.

Recordé un episodio de Caso Cerrado, en el que el dueño de un negocio de jugos en Miami fue demandando por una joven, a la que este muy solícitamente le ofrecía el "especial multiproteínico" cada vez que ella aparecía por ahí.

Probablemente el buen samaritano pensó que la muchacha estaba en la inmunda, y decidió darle del milagroso antidepresivo en el "especial". Al no notar franca mejoría, procedió a aumentarle la dosis. No tuvo en cuenta nuestro farmacólogo alternativo, que la viscosidad y obvio deterioro del sabor frutal, llevarían a la muchacha a sospechar que algo estaba pasando. Pues si, lo filmaron con las manos en la masa.

El dueño alegó todo esto que ahora dice el estudio, y habló maravillas de los poderes del semen. Empíricamente había llegado a la conclusión de que tomadito también es muy efectivo. Es más, juró y perjuró que su esposa había sido sometida a tratamiento intensivo -no ahondó en el método de aplicación- y se había curado de todos los males.

Los televidentes y actores del caso, casi se vomitan. La doctora Polo, trató al "científico" de degenerado y pervertido, y él sabiéndose un adelantado de su tiempo, alegó que la evidencia fílmica había dejado al descubierto la "fórmula secreta" que valía más que la de la Coca Cola. ¿Lo habrían juzgado distinto de haberse conocido para ese entonces el estudio y la opinión del doctor González?

Aseguró nuestro sexólogo en mención, que se le puede dar y cambiar el sabor al antidepresivo, si dos horas antes de administrarlo por vía oral, el donante se toma un jugo de frutas con mucha azúcar. ¿Cómo lo habrá descubierto? Averígüelo Vargas. Sin duda, este dato le habría sido muy útil al de los jugos, de haberlo sabido oportunamente.

Por otro lado, hay que tener cuidado, ya que una noticia de esta envergadura puede desencadenar la profetizada escasez de árboles en que treparse. Personalmente, me llegaría en un mal momento, ya que por donde yo vivo no hay sino cactus.

Resalto, que el estudio en su parte concluyente confirma lo afirmado por la Iglesia Católica hace mucho tiempo. La relación sexual cuando no se le niega su función unitiva y generadora de vida, es muy buena para la mujer; realmente para la pareja. Los católicos creemos que esto es solo licito dentro del matrimonio.

Disiento del doctor González con respecto al sexo oral. Los católicos tenemos claro que el cuerpo es el templo del Espíritu Santo, y que por lo tanto hay que respetarlo. Debemos usar nuestro cuerpo según el plan divino y no según nuestra concupiscencia: La boca no fue hecha para el pene, ni el semen para el estómago.

Sería bueno que los medios cuando tratan este tipo de temas, ofrezcan ópticas distintas; en estos casos, la óptica de la Iglesia Católica.

Me refiero ahora a la pareja porque aunque el estudio se refiere a la mujer, realmente está hablando de una relación de pareja. Las parejas cuando no son felices es porque desconocen que fue lo que quiso Dios para el hombre, Varón y Varona, y viven en contravía.

Si queremos tratar de vivir un matrimonio verdaderamente feliz, que nos eleve como seres humanos, los animo a leer un libro escrito por el Beato Juan Pablo II, titulado Hombre y Mujer los Creó. Aquí está la "formula secreta" de la felicidad.