Reingeniería Empresarial

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Continuando con el tema iniciado en la columna pasada, nos corresponde enfocarnos en las empresas. ¿Qué necesitan hacer las empresas colombianas para ser competitivas y sacar ventaja de las oportunidades ofrecidas por los TLC?

Cuando se habla de oportunidades, como lo hace el gobierno, o de amenazas, como lo hacen los gremios y sindicatos, estamos precisamente contemplando el dilema empresarial frente a los TLC. Especialmente frente a economías desarrolladas, como los Estados Unidos.

La única diferencia entre una oportunidad y una amenaza, es lo preparado que estemos para enfrentar el reto. Concretamente, el TLC con los Estados Unidos coloca frente a frente a dos culturas empresariales muy diferentes. La cultura de costos de los empresarios colombianos y la cultura de productividad de los empresarios estadounidenses.

La cultura de costos, solo en casos excepcionales, tiene las de ganar. Pero en el escenario planteado tiene todas las de perder, y por esto es necesario que las empresas colombianas migren a una cultura de productividad sin abandonar las ventajas que pudieran tener en costos.

El tema parece irrelevante pero no lo es, ya que la cultura empresarial que se tenga se refleja a todo nivel en una organización. Miremos algunos ejemplos de como influye la cultura de costos en el desempeño productivo de las empresas.

En lo concerniente al capital humano, se adoptan prácticas lesivas. Menciono algunas: Se contrata el talento humano más barato posible. Como corolario de lo primero, se desprecia la experiencia, y no se contratan personas con más de 35 años. Se consolidan varias posiciones en una sola y uno ve descripciones como la siguiente: se busca ingeniero, con MBA, alto nivel de inglés y experiencia en gerencia de proyectos. Obviamente, una persona con todas estas calificaciones termina siendo todero y experto en nada. La expresión en inglés es muy precisa: Jack of alltrades, master of none.

Otras falencias dignas de mencionar son el que las empresas no invierten suficiente en capacitar a sus empleados ni se preocupen de que tengan un balance sano entre su vida personal y laboral. La ergonomía no les preocupa en lo más mínimo, y esto se refleja desde el diseño mismo de las instalaciones hasta la dotación de equipos. Todo esto afecta de manera importante la productividad de la empresa.

A nivel organizacional, los procesos son deficientes. Esto se refleja de forma evidente en manejo del tiempo, gran cantidad de actividades con poco valor agregado, y como consecuencia tenemos organizaciones muy ocupadas que no son suficientemente productivas. Los empleados gastan una cantidad inordinada de su tiempo en actividades no productivas, para enorme satisfacción de los dueños a los que les gusta ver que todo el mundo está ocupado.

En contraposición, en los Estados Unidos, la mayoría de las empresas están enfocadas en la productividad. Poco importa el salario de un empleado si su productividad lo justifica. No se busca el talento más barato sino el más productivo. Se diseñan las instalaciones y los puestos de trabajo pensando en como hacer a los empleados más productivos. Tienen prácticas establecidas para tener contentos a los empleados porque saben que un empleado al que le gusta su trabajo y su compañía va a producir más. Y a nivel organizacional, los procesos y prácticas están diseñados para eliminar el desperdicio sistemáticamente. Es parte del ADN empresarial, eliminar las actividades que no tienen valor agregado y dejar solo las que si lo tienen.

Por otro lado, se valora la experiencia y no se consolidan varias posiciones en una sola. En donde una empresa colombiana contrata una sola persona, es posible que una estadounidense contrate tres o cuatro, pero cada uno es un experto en su área y sabe trabajar en equipo. La capacitación es no solo ofrecida sino exigida, si se quiere permanecer en la empresa o avanzar dentro de la misma.

Redondeando la idea esbozada en las dos columnas, si logramos tener suficiente talento humano calificado, usamos los vasos comunicantes adecuadamente, y las empresas logran transformarse y adoptar una cultura de productividad, tendremos empresas de talla mundial que estarán en condiciones de ver oportunidades y no amenazas cada vez que Colombia firma un TLC. Sin transformación no hay oportunidades.