Mentir es pecado

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Escrito por:

Joaquín Ceballos Angarita

Joaquín Ceballos Angarita

Columna: Opinión 

E-mail: j230540@outlook.com


 El titular de este artículo a algunos les parecerá expresión de gazmoño, puritano o cuáquero. Pero no es así, contiene verdad intrínseca con asiento en el texto sagrado del Decálogo, que en griego significa “diez palabras, frases u oraciones”, y es el código moral consignado en las tablas que el Señor le entregó a Moisés en la montaña para que el patriarca se lo comunicara a la grey cristiana. El octavo de los diez mandamientos reza: “No darás falso testimonio ni mentirás”.

El gobernante que miente mancilla su conciencia y enloda su honor. Gobierno que gasta elevadas sumas de dinero del erario pagando publicidad con mensaje falaz, es mendaz. Falacia enorme es propagar la propaganda oficial que proclama ser Colombia “potencia de vida”, cuando los mismos medios que envían el infundio, al iniciar sus programas noticiosos nos informan de las múltiples extorsiones, secuestros y crímenes que a diario se perpetran a lo largo y ancho del territorio del país. Ante el espectáculo dantesco de la criminalidad que azota a los colombianos, es ridículo y pecaminoso postular el lema “Colombia, potencia de vida”.

Eslogan mentiroso. Estrategia urdida por cerebro cínico, con vitando propósito de engañar a la comunidad. Quimera vana. Lacerante para el sentimiento ético del pueblo colombiano. ¡Llamar a “Colombia, potencia de vida” cuando el suelo de la patria se está convirtiendo progresivamente en Camposanto al aire libre, para acoger en su bondadoso seno a las víctimas de las bandas o grupos o pandillas criminales de todos los linajes es desfachatez rampante, inaudita e intolerable! ¡“Colombia, potencia de vida”, en el territorio de un Estado físicamente tomado fusil en mano por narcoterroristas, que subyugan a poblaciones y las constriñen para que expulsen de sus regiones a la fuerza pública y esta tenga que salir en calzas prietas, atemorizada y humillada, en vergonzosa retirada! ¡Colombia, potencia de vida, cuando los violentos capturan a menores para que engrosen las filas de los grupos armados ilegales, o secuestran a ciudadanos que generan riqueza y proporcionan trabajo honrado, o asesinan cotidianamente a lideres sociales o a indígenas o a campesinos laboriosos inermes! ¡Colombia, potencia de vida”, propaganda mediática de un gobierno con legitimidad cuestionada e indagada por las autoridades electorales de la Nación  y por la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes, en indagación afectada de sospechosa lentitud ritual para darle aplicación al artículo 109 de Carta Constitucional, modificado por el Acto Legislativo 1 de 2009, inciso séptimo, lentitud paquidérmica de las mentadas instancias estatales  que pone en peligro la vida de la institucionalidad democrática y jurídica de la República! Engatusar a la opinión con mentiras es pecar.

Como es incurrir en falta ética instalarse una semana la cúpula del ejecutivo en territorio guajiro para montar la parafernalia de que le iba a solucionar a la noble gente que en ese Departamento tiene su habitad los problemas de agua, comida, educación y otras necesidades básicas, y finalmente todo quedó en simple farsa. Empero, patraña saturada de corrupción, como incuestionablemente lo demuestra la evidencia de la contratación por más de $40.000.000.000 millones de pesos de los camiones tanques inadecuados para transportar en las precarias vías de esa comarca el líquido vital. Además, tampoco había agua suficiente para llenarlos. Y a uno de ellos, que alcanzaron a llenar, tuvieron que vaciarle el líquido porque se quedó atollado. Y las niñas, niños y adultos  guajiros agonizan sedientos y famélicos. Y el jefe del tinglado sigue predicando paz total, que no logrará; solo atiza la hoguera violenta lanzando arengas desafiantes de guerra, diatribas injuriosas contra todo el que no comparte sus sofismas utópicos, gaseosos y extravagantes. El estribillo “Colombia, potencia de vida”, no vuelve verdad la mentira.



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