Ya cansados de la tragicomedia, los samarios esperamos que ahora si tengamos alcalde. Una carrera bastante accidentada donde Fuerza Ciudadana postuló una candidata claramente inhabilitada y después la remplazan por uno también claramente inhabilitado. Y para colmo de males y después de muchas peripecias y trapisondas el candidato de mentiras ganó en las urnas por una risible diferencia. Agudelo quedará en la historia como el alcalde que no fue alcalde. Una especie de Flecha –de David Sánchez Juliao- de la política local. Parte de nuestro surrealismo macondiano. Esperemos que la Corte Constitucional ratifique lo actuado por el Tribunal.
Fuerza Ciudadana en cabeza del líder del clan, no puede creer que está por encima de la ley, y que el papel de la institucionalidad se reduce a validarle sus ilegalidades solo porque dizque son alternativos. No, señor Caicedo, la ley es para todos, y si su candidato no fue alcalde es por causa de las reiteradas violaciones de la ley electoral cometidas a conciencia por su movimiento. Tambalea también la victoria de Martínez a la gobernación, por las mismas razones, y no se sorprenda, señor Caicedo, si se queda sin el hacha sin la calabaza y sin la miel, con el agravante, que sus aspiraciones presidenciales se esfuman. Sin la chequera de los magdalenenses, no tiene como financiar su aventura presidencial.
Rogamos para que sea cierto el dicho aquel que reza que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, y que la noche oscura que ha representado Fuerza Ciudadana para Santa Marta haya llegado a su final. Y ruega uno para que el supuesto remedio no sea el mismo mal, pero con distinta cara, y hasta resulte siendo peor. No creo que el alcalde electo Pinedo Cuello sea la persona idónea para regir los destinos de la ciudad, pero, con mucha reserva de mi parte, creo es mejor que Fuerza Ciudadana. Ruega uno para que Pinedo no llegue a ser más de lo mismo y que su único interés era sacar al clan Caicedo para montar su propio clan y apoderarse de la chequera de los samarios. La oposición constructiva es sana y la veeduría ciudadana es necesaria para vigilar que Pinedo Cuello le cumpla a los samarios. De corazón, le deseo éxitos al nuevo alcalde, pero estaremos atentos.
Si yo fuera Pinedo Cuello, pediría una auditoria forense. Han sido doce años de esconder esqueletos en el closet y en los que nadie le ha dado una mirada cuidadosa ni a la contratación ni a las finanzas del Distrito.
Por otro lado, se le solicita al Consejo de la Judicatura, a la Fiscalía y Procuraduría, investigar al juez cuarto laboral, el señor Villalba. Sus actuaciones, hay que decirlo sin ambages, en este caso fueron corruptas. Desconoció la ley olímpicamente, y hay que indagar por qué y a cambio de qué. La justicia hay que sanearla si queremos recobrar la credibilidad en las instituciones, y en mi opinión, el señor Villalba no debería estar administrando justicia sino estar tras las rejas. Este delicado tema no puede caer en oídos sordos.
Y ya para cerrar, espero que Pinedo imite lo hecho por Galán en Bogotá, y que además se rodee de personas idóneas para sacar adelante la transformación que Santa Marta necesita. Esperemos que en estos cuatro años Santa Marta salga de los últimos lugares en los indicadores socio-económicos, y que las obras civiles que se hagan obedezcan a un objetivo estratégico y transformador. Buena suerte en la celebración de los 500 años, y por, sobre todo, ojalá, finalmente Santa Marta pueda tener acueducto y alcantarillado.
Todas las esperanzas de los samarios están puestas en Pinedo.