Las reformas en Venezuela y su final catastrófico

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Escrito por:

Luis Tabares Agudelo

Luis Tabares Agudelo

Columna: Opinión

e-mail: tabaresluis@coruniamericana.edu.co


Hugo Chávez, quien fue presidente de Venezuela entre 1999 y 2013, implementó una serie de reformas sociales y políticas con la intención de empoderar a la población y reducir la desigualdad en el país. Su gobierno, marcado por el socialismo del siglo XXI, promovió la redistribución de la riqueza, la nacionalización de la industria petrolera y la expropiación de la empresa privada. 

Pero, las reformas llevaron a Venezuela a un estado de crisis humanitaria, hiperinflación, corrupción y violación de derechos humanos. La falta de alimentos y medicinas, así como la migración masiva de venezolanos hacia otros países, son hechos notorios del colapso del sistema. Hoy, el gobierno de su sucesor, Nicolás Maduro, ha sido acusado de corrupción y violaciones a los derechos humanos, incluida la represión de la disidencia y la persecución política.

Entonces, se mira hacia el exterior estableciendo alianzas internacionales con países como Cuba, Rusia y China, buscando fortalecer la posición de Venezuela en el ámbito internacional y promover la cooperación en áreas como la energía, la defensa y la salud. A pesar de los beneficios iniciales, estas alianzas contribuyeron a la creciente dependencia de Venezuela de sus aliados y a la adopción de políticas autoritarias y represivas.

De hecho, la crisis humanitaria se agravó debido a la falta de acceso a alimentos, trabajo, medicinas y servicios básicos. La escasez de productos esenciales y la hiperinflación han provocado que millones de venezolanos sufran de desnutrición y enfermedades. La situación se ha visto complicada por el colapso del sistema de salud pública, que ha sido incapaz de responder a las necesidades de la población. Y, para rematar, la devaluación de la moneda, el gasto público descontrolado y la emisión excesiva de dinero por parte del gobierno han generado una inflación de más del 1.000.000% anual provocando la pérdida del poder adquisitivo de la población y el deterioro de la calidad de vida.

Ahora bien, con programas sociales conocidas como "Misiones" que tenían como objetivo combatir la pobreza, el analfabetismo y el hambre, mejorar la atención médica y proporcionar viviendas asequibles; se volvieron insostenibles debido a la falta de financiación y una administración ineficiente. Luego, Chávez promovió la educación gratuita desde el nivel preescolar hasta el universitario, lo que generó un aumento en la matrícula, la calidad educativa disminuyó debido a la falta de inversión en infraestructura, formación de docentes y programas educativos. Luego, intentó inculcar ideales socialistas en la educación, lo que resultó en un enfoque en la política en lugar de habilidades académicas y técnicas.

En síntesis, el colapso económico y social de Venezuela puede atribuirse en gran medida al fracaso de las reformas implementadas. La caída de los precios del petróleo, la corrupción generalizada, la mala administración y la falta de inversión en sectores clave complicó la situación y llevó a una crisis humanitaria. Además, se vio agravada por la hiperinflación, la escasez de alimentos, de empleo digno, medicamentos, y el éxodo masivo de ciudadanos hacia Colombia y países vecinos en busca de mejores oportunidades. 

Para concluir, la experiencia de Venezuela debe servir de ejemplo y espejo retrovisor para Colombia en el sentido de cómo no se deben hacer las cosas. Se debe destacar la importancia de una administración eficiente y transparente, así como la diversificación económica para garantizar el éxito a largo plazo de las políticas sociales, de salud, de trabajo digno y educación. Esto debe ser tomado en cuenta por países vecinos en vía de desarrollo que buscan implementar reformas similares pues el legado de estas ha dejado a Venezuela sumida en una crisis económica, social y política sin precedentes, con un sistema de salud y educación en ruinas, una economía quebrada, una ausencia total de democracia, violación reiterada de derechos humanos, una oposición encarcelada o asilada y una población empobrecida y descontenta.