Anestesia

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Edmundo Jiménez Valest

Edmundo Jiménez Valest

Columna: El Hurón

e-mail: edmundo_jimenez@yahoo.es



Se notaba el anhelo por servirle a su comunidad; se le veía esa ansiedad por ayudar a mejorar esas condiciones malsanas de vida que tienen las comunidades del barrio; se les notaba a algunos, el conocimiento mecánico y repetitivo, por cierto, de lo que era la descentralización administrativa, y sobre todo, la nueva división territorial del Distrito de Santa Marta: las localidades. Pero llegaron estas entre bombos y platillos; reuniones van y vienen; cuantos son los honorarios que les pagarían a los Ediles, algunos preguntaban, como era natural, y otros guardaban silencio de forma agazapada. Se peleaban entre ellos por las posiciones  blandas de algunos y fuertes de otros frente a la administración de turno; se notaban en las calles bastante agresivos contra todo aquel que se refiriera  en términos no muy agradables a las localidades. Una vez nacieron a la vida Jurídica las Localidades, se dieron a la pelea para su implementación, principalmente, ese Fondo común de que todos ellos peleaban y por el cual se iban a muerte con los alcaldes. No era para menos. En él será donde llegarán, algún día dineros del presupuesto Distrital para atender necesidades administrativas como por ejemplo, el pago de los honorarios a los señores Ediles y el salario al Alcalde Menor de las localidades correspondientes., igual que arreglar andenes, parques y otros oficios menores que no esté a cargo del Distrito mayor. Pero, nada,  a ese tal fondo solo llegaron  dineros para pago de honorarios para pago a Ediles  y sueldo del alcalde local y, listo.


Esa lucha encarnizada que los Ediles hoy elegidos, libraban a brazos y hombro partido, menguó. ¿Por qué? Todo terminó. Esa dinámica con que comenzaron hasta la creación del fondo, se esfumó. De la dinámica admirable de otrora, no quedó nada, solo se observa un ir y venir de papeles, pero las necesidades de las comunidades siguen sin resolver.

Se podría preguntar el común suspicaz miembro de la comunidad: ¿qué pasó con los ediles? ¿Dónde están los Ediles? Pareciera que fueron absorbidos por la burocracia que rodea al alcalde mayor. Pareciera que solo les interesaría el pago de sus honorarios, amen si los citaran a sesiones extraordinarias para que sus honorarios aumentaran sustancialmente. Se preguntan qué ¿Dónde quedó esa beligerancia de que venían precedidos los Ediles mucho antes de asignarles sus honorarios y el pago de su seguridad social? Esa es el interrogante a resolver. Que a los Ediles les paguen sus honorarios, están en todo su derecho, lo mismo que al alcalde local le paguen su salario. Merecidos los tienen.

No se le puede pedir al alcalde menor que fustigue a su jefe para que aporte los recursos necesarios y así montar la infraestructura para que las localidades puedan funcionar conforme lo estipula la Constitución y la Ley. No puede por el hecho de que el alcalde local es estilla del mismo palo. Pero los ediles que fueron elegidos por el voto popular? Tampoco lo van hacer como quiera que la gran mayoría tomaron partido en favor del Alcalde Mayor, o en el mejor de los casos, se acomodaron; les interesa recibir los honorarios y así esperar las próximas elecciones para seguir reinando como los burdos politiqueros. La comunidad está triste; siente que las Localidades son lo mismo que las comunas donde quien ordena y manda sigue siendo el Alcalde Mayor.

Quienes iniciaron el proceso de creación e implementación de las Localidades, cayeron en la inercia. Los honorarios los anestesió. Se dedicaron a ver pasar el tiempo y a esperar que al meter la tarjeta debito que les dieron, brote del cajero electrónico enormes cantidades de dinero en billetes de altas denominaciones. Ahí se les olvido la lucha; la lucha era de estómago; el liderazgo pasó a segundo plano o desapareció por completo. La pregunta es: ¿Quién le pone el cascabel al gato? Los Ediles no serán y los alcaldes menores sí es que menos. A los Ediles, el Alcalde Mayor les colocó anestesia general, de esa que no solo afecta la parte a tratar, sino que interviene el cerebro humano;  y a los segundos, los nombró, es decir, les deben obediencia. Actuar no está en sus haberes.