El hambre en los niños

Editorial
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En las calles de Caracas deambulan cada vez más niños y de menos edad.
Se trata, de una nueva oleada de pequeños que prácticamente han abandonado sus hogares, aunque esta vez la razón es una sola: La falta de comida en sus casas. En algunos casos, los niños están en compañía de algún hermano que también es menor de edad, en otros, van con amiguitos o vecinitos, aunque también se conocen las historias de familias que se han quedado sin techo y ahora sus miembros se dispersan con la misión de mendigar alimentos para todos o buscarlos en la basura.

Hay historias que parten el corazón; casos, como el de hermanos, doce en total, que viven en uno de los barrios que forman parte de Petare, la favela más grande de América Latina, ubicada en el municipio Sucre, en el este de Caracas. Su mamá vende tortas para mantener el hogar pero no alcanza, y mientras los 12 hermanos esperan que inicie el año escolar en la escuela “Abajo Cadenas” buscan comida, con el permiso de la progenitora.

La cifra es aterradora; el  35,5 % es el total de niños pobres, de cero a cinco años, que presenta alguna forma de desnutrición, mientras que 41 % sale a mendigar comida o buscar alimentos en la basura. La situación actual es una situación jamás vista en Venezuela, acerca del aumento del número de niños que se encuentran en la calle en situación de mendicidad. A mediados de los 90 se veía a muchos niños en situación de calle, lo que se está viendo ahora es mucho más grave porque no son niños, se puede decir pre púberes, niños entre los 10 y los 12 años, o preadolescentes, sino que estamos viendo niños mucho más pequeños.

Hay padres que salen con sus hijos como estrategia para sobrevivir, para comer en la calle, ni siquiera es que los están explotando sino que les dicen pidan para que les den, entonces muchos niños dicen que en la calle comen dos o tres veces al día y si se quedan en la casa no comerían. Lo más triste es que  hay niñas que están siendo explotadas sexualmente a cambio de cantidades de comida.

Las familias están haciendo cosas que no solo los llevan a quebrarse físicamente, sino que en general, socialmente, están siendo quebrados moralmente que es lo que más preocupa: en la actualidad los niños que están en la calle tienen menos edad que antes y ahora, además, se observan más niñas.

El problema tiende a convertirse en crónico porque los niños no están huyendo de la casa por un problema de violencia intrafamiliar o porque deben salir a trabajar como ocurría en el pasado, ahora los niños están siendo sacados de sus casas para que consigan alimentos. Muchas madres, al observar que sus hijos han abandonado el hogar, los buscan en las casas Don Bosco y en muchos casos dicen saber que sus niños han estado en búsqueda de comida.

Lo que se está viendo es que se está reforzando la conducta de permanecer en la calle; sin embargo, lo que hay es un tema de hambre y las familias están poniendo a los niños a pedir comida, aunque ese proceso no es tan frívolo como la gente cree, es algo gradual.                


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