Desesperada se encuentra Carol Vélez Brito, una joven Taganguera, quien afirma estar siendo perseguida por su excompañero sentimental, quien según la fémina ha amenazado de muerte a su mamá, a sus tíos y a un primo.
En medio del temor, la mujer decidió contactar a los periodistas de EL INFORMADOR y contar su situación. “Estoy cansada de ir a la Policía a denunciarlo a él”, afirmó. Continuó diciendo que siente un abandono por parte de las autoridades hacia ella.
Las amenazas y las agresiones habrían iniciado desde enero del año en curso, cuando Vélez Brito decidió dar por terminada su relación sentimental con Luis Alfredo Díaz Charris.
“A principios de año él me dio una golpiza como nunca, en medio de la agresión yo me le arrodillé y le supliqué que dejara de maltratarme, más el enceguecido continuaba”, indicó en entrevista con EL INFORMADOR, mientras su voz se quebraba recordando aquel angustioso momento.
“Me tocó aguantarme la noche en la casa de él, al día siguiente recogí en una maleta un poco de ropa y me fui de su lado”. Dicha acción de la fémina habría despertado en Díaz Charris un odio basado en el capricho y la obsesión hacia una relación disfuncional.
Desespero
Desde ese momento, el objetivo del hombre habría cambiado y ahora las agresiones irían no solo hacia Vélez Brito, sino hacia varios miembros de su familia.
“Estoy cansada de ir a la Policía. Ya tengo una medida de protección, pero él no respeta eso y aún sí quiere acercarse a mi”, afirmó. La mujer continuó diciendo que el acoso por parte de su excompañero sentimental ha trascendido en su psiquis al punto que ella no logra caminar en las calles solas y teme ir al trabajo.
“En estos días llegó a la casa y se parqueó en la puerta a insultarme a mí y a mi mamá. Llamé a la Policía y nunca llegó”, indicó la desesperada fémina quien aprovechó el espacio con EL INFORMADOR, para solicitar a las autoridades mejores garantías para las rutas de atención a las mujeres.
La fémina ya interpuso la respectiva denuncia ante la Fiscalía, sin embargo, asegura que las garantías que existen para las mujeres víctimas de maltrato intrafamiliar son paupérrimas y teme que su nombre enriquezca las listas de feminicidios en Colombia.
