Ayer falleció un interno de la cárcel judicial de Santa Marta, Rodrigo de Bastidas y familiares del recluso denunciaron una presunta negligencia.
De acuerdo con la denuncia, el recluso Álvaro Enrique Bravo, murió luego de que dicho en el centro penitenciario, presuntamente, le aplicaran Dipirona, medicamento que se utiliza para controlar la fiebre y demás malestares.
Así lo manifestó el señor Aníbal Gutiérrez Pertúz, tío del reo fallecido, quien además dijo que el joven se encontraba recluido desde hacía casi un año en la cárcel, después de ser capturado por haber cometido el delito de porte de estupefacientes, pero en la mañana de ayer sufrió un fuerte dolor de cabeza, por lo que procedieron a suministrarle la citada sustancia farmacéutica.
"Él sufría de taquicardia y de constantes mareos, debido a los medicamentos que le daban en la cárcel.
Por lo que no nos explicamos por qué no lo sacaban de allá. Así mismo, acudimos ante la Defensoría del Pueblo, pero nunca nos respondieron", manifestó el pariente del fallecido.
Los familiares del interno se enteraron del deceso de Álvaro Enrique Bravo, luego de que un amigo en el mismo penal los llamara.
Los familiares denunciaron, además, que no recibieron respuesta por parte del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec.
Tras el levantamiento del cadáver, éste fue conducido después a la morgue de Medicina Legal en el Hospital 'Fernando Troconis'.
