“La realidad de ese triste episodio sigue eclipsada por leyendas”

Eduardo Mackenzie, periodista.

Ciénaga
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El periodista y ensayista Eduardo Mackenzie, desde Francia hizo un breve recuento de lo que por varios años ha venido mostrando a través de sus artículos publicados: 'desenmascarar' el mito de la "Masacre de las bananeras".


Por Mario Ibarra Monroy
Redacción EL INFORMADOR

¿Colombia debe sentirse orgullosa de conmemorar esta fecha?

“Orgullosa, no. Se trata de una tragedia, donde murieron civiles y agentes de la fuerza pública. Este aniversario debería ser, más bien, una fecha de desmitificación y de verdad. O, por lo menos, de búsqueda de la verdad sobre los acontecimientos conocidos como la “Masacre de las bananeras”. Esta ocurrió el 6 de diciembre de 1928, hace 90 años, pero la insurrección duró cerca de 30 días. Sin embargo, la realidad de ese triste episodio  sigue eclipsada por leyendas que fueron construidas después por fracciones políticas radicales para descargar golpes contra un gobierno conservador y  fundar un partido comunista. Una cosa es la realidad y otra la leyenda. Esta falseó, sobre todo, el origen de esa huelga violenta, sus promotores y sus objetivos ocultos. También trató de borrar los testimonios personales de víctimas y actores y las informaciones de prensa de la época, que son muy creíbles y que deben ser sacadas del olvido. Hay que leer con serenidad las memorias, plenas de detalles, de algunos de los protagonistas, sobre todo el libro que escribió el coronel Carlos Cortés Vargas, quien sofocó la revuelta”.

¿Es un hecho para conmemorar cada 6 de diciembre? o ¿realmente estamos ante una simple ficción literaria de Gabriel García Márquez y un debate expuesto sin los elementos probatorios hecho por Jorge Eliécer Gaitán un año después?

“Jorge Eliécer Gaitán nunca aportó una visión equilibrada de lo que había pasado.  El montó un debate parlamentario para atacar al presidente conservador Abadía Méndez. Su investigación de los hechos fue parcial. El creó la imagen de una huelga espontánea y pacífica que había sido atacada por la tropa. Su  alegato no se ajustó a la realidad de los hechos. Su objetivo era doble: favorecer el traspaso de poder a los liberales y sacar de la cárcel a los detenidos que habían cometido barbaridades entre el 11 de noviembre y el 10 de diciembre de 1928.

Unos fueron responsables de utilizar como carne de cañón a los huelguistas y de llevarlos a la muerte y otros por los homicidios cometidos durante los días previos a ese choque final”.

Si realmente una parte de la opinión pública lo considera una masacre como tal, ¿estaríamos ante el primer gran falso positivo de las fuerzas militares de Colombia en el siglo XX?

“Esa huelga fue una operación especial de la Internacional Comunista o Komintern. Fue un acto violento más de los que Moscú ordenaba hacer en varios países en esa época, manipulando a los sindicatos o a los grupos extremistas pre-comunistas".

"El objetivo no era ayudar a los trabajadores sino fundar partidos leninistas y expandir la influencia de la URSS, bajo el pretexto de que 'las masas' debían luchar con métodos criminales contra 'la opresión de los capitalistas'. La huelga de las bananeras fue preparada y dirigida sobre todo por tres jefes comunistas: Raúl Eduardo Mahecha, Augusto Durán y Erasmo Coronel. Ellos  contaron con la asesoría de cinco agentes extranjeros del Komintern, que se encontraban en el lugar de los hechos. En mi libro sobre el origen de las Farc ('Las Farc fracaso de un terrorismo') le dedico  42 páginas a esa huelga”.

Siempre han dicho que cuando se va a decir el número de víctimas que hubo ese 6 de diciembre de 1928, tiene que saberse primero el partido político a quien pertenece la persona qué va a responder.

“No hay que dejar que esa discusión se estanque en eso del número víctimas. Ese conteo retrospectivo es difícil. Hubo víctimas desde el primer día de la huelga. Reducir todo a ese tema es cerrar el debate fácilmente".

"En ese sentido nunca se pudo comprobar ni para liberales ni conservadores la realidad de lo que sucedió el 6 de diciembre de 1928. No comparto esa afirmación. La realidad sí está reflejada en la prensa conservadora y liberal de la época, la nacional y sobre todo la regional. Esos archivos son valiosos. Hay que volver a examinar con esmero esas informaciones y abandonar las historias pretendidamente irrefutables. El PCC pervirtió los hechos y utilizó su leyenda para justificar los crímenes ulteriores, del 9 de abril de 1948, y las atrocidades de las guerrillas de los años 50 en adelante”.