Tras haberse superado la emergencia ocasionada por una fuga de agua en la aducción del río Manzanares, más exactamente en el Paso del Mango en Bonda, surgió un ‘rife y rafe’ entre los que hacen parte del equipo de la Essmar y algunos funcionarios de la Alcaldía de Santa Marta.
Aunque inicialmente la Essmar proyectó que la reparación de la fuga demoraría entre tres y cuatro días, finalmente la situación se solucionó en menos de 24 horas.
Una vez atendida la fuga en “tiempo récord”, inició una disputa sobre quién se lleva el crédito: la Alcaldía, a través de una gestión de Andrés Rugeles; o la Essmar, liderada por Ingrid Aguirre.
Funcionarios de la Alcaldía aseguran que la empresa Triple A de Barranquilla intervino para arreglar el daño tras la solicitud del alcalde encargado.
Sin embargo, la Essmar afirmó mediante un comunicado que la entidad solucionó todo en “tiempo record”, aclarando que las piezas fueron traídas desde la capital del Atlántico. “Con un trabajo continuo por parte del equipo interdisciplinario de la Essmar (Acueducto, producción ANC y mantenimiento), se reparó el daño en la tubería de 20 pulgadas de asbesto cemento clase 25. Para esto, se consiguió el suministro de dos uniones universales específicas, para acoplar los tramos existentes de asbesto cemento al niple de PVC que se utilizó en la reparación. Estas piezas fueron traídas desde Barranquilla en menos de 24 horas”.
El jefe de prensa de la Alcaldía, Camilo George, comentó que Aguirre se negaba a aceptar la ayuda de los asesores técnicos de Barranquilla, quienes fueron los que arreglaron el problema en menos de seis horas y a pesar de eso, la Essmar se adjudicó una victoria que no era de ellos.
El tema hizo aún más evidente la tensión que existe entre los entes del Distrito, aunque su deber es el trabajo en conjunto por el beneficio de los habitantes de la ciudad .
