Invasión del espacio público, un problema sin solución

En estos espacios como el parque de Los Trupillos, el cual fue construido con fines recreativos y deportivos para los ciudadanos, poco a poco se han reducido debido a la presencia de estas personas que los ocupan para buscar su sustento diario ante la necesidad y a la falta de recursos de empleo, ya sea vendiendo minutos, dulces, agua o alimentos.

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Para la página del Cívico se visitaron cuatro puntos del Distrito como los parques de Los Trupillos, Sesquicentenario, Pescaíto y el de la avenida del Río, lugares donde al tema del espacio público, las autoridades municipales y nacionales no han sabido darle una inteligente salida.

Por: Anayancy Vidal H.
Redacción EL INFORMADOR
Fotos: Edgar Fuentes

Día a día, por las calles céntricas de Santa Marta, vendedores informales se han apropiado del espacio público y que se ha convertido en uno de los inconvenientes que más saltan a la vista de cualquier transeúnte cuando se recorren ciertos sectores de la ciudad.

Esta vez para la página del Cívico, se visitaron cuatro puntos del Distrito como: el parque de los Trupillos, el Sesquicentenario, Pescaíto y el de la Avenida del Río, lugares que como efecto de la dinámica de la economía, el tema del espacio público es el que las autoridades municipales y nacionales no han sabido darle inteligente solución. Con ellos se ha aprendido a convivir, pero su actividad debe regularizarse atinadamente. 

En estos espacios mencionados, los cuales fueron construidos con fines recreativos para los ciudadanos, poco a poco se han reducido debido a la presencia de estas personas que los ocupan para buscar su sustento diario ante la necesidad y a la falta de recursos de empleo, ya sea vendiendo minutos, dulces, agua o alimentos.

Allí, decenas de vendedores exhiben toda clase de productos que son el sustento de sus familias, tal vez no sea de la mejor manera, pero ante las dificultades la sobrevivencia es lo que prima.

Los habitantes en condición de calle hacen uso de estos espacios.

Sin embargo, lo que beneficia a unos se convierte en una problemática que afecta al comercio, a los peatones y a la ciudad en general.

Y la situación empeora con la llegada de la temporada navideña, ya que vendedores informales de diversas regiones del país acuden a la ciudad para hacerse unos pesitos de más.

Para ello, la Secretaría de Gobierno, a través de la Unidad Defensora del Espacio Público, Udep, viene realizando operativos de control en diversos sectores de la ciudad, con el fin de despejar las zonas peatonales, pero la problemática continúa sin solución.

Teniendo en cuenta lo anterior, para que el gobierno local tome medidas de desalojo en contra de los vendedores ambulantes deben existir posibilidades para un empleo digno o una reubicación del vendedor en la zona de la cual estaría siendo desalojado y donde se estaría “recuperando” el espacio público.

En el parque de Pescaíto, personas inescrupulosas hace sus necesidades fisiológicas.

Cada vendedor informal ocupa un área de espacio que va de 1,20 metros cuadrados a 5 metros cuadrados dependiendo de la naturaleza del negocio. Y es que ahora no sólo estos sitios de han adaptado para los vendedores, sino para habitantes en condición de calle como refugio, que además de eso, lo vienen a utilizar como un lugar para hacer las necesidades fisiológicas.

Habitantes aledañas a estos puntos mencionados, se han quejado por la incomodidad de los malos olores que emanan estos espacios y que lleva a que no permita que las personas con sus familias disfruten de un momento agradable ante esta situación que también se ha convertido en un problema de salubridad.

El parque de Pescaíto ha sido uno de los lugares escogidos para que algunas personas inescrupulosas hagan sus necesidades fisiológicas exponiendo la salud de los demás, en donde son más niños que adultos quienes hacen uso de estos lugares.

El deterioro de las estructuras del parque como el que se encuentra en la avenida del Río se evidencia por los grafitis, dañando la fachada de este.

En el informe de calidad de vida correspondiente a 2017, realizado por el observatorio Santa Marta cómo vamos, reveló que en la ciudad, entre zonas urbanas, playas y cerros, las autoridades han recuperado 27.467 metros cuadrados de espacio público y desde el 2012 hasta el 2017 se han recuperado 281.281 metros cuadrados de espacio público estratégico.

Pero, pese a ello, sugiere que se requiere urgentemente construir indicadores sobre espacio público en la ciudad, especialmente la medición de espacio público efectivo por habitante debido a que es un indicador incluido en las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y mide la sostenibilidad de la Ciudad. En este sentido, manifiesta que necesitan construir una línea de base sobre información de espacio público para poder avanzar progresivamente en esta materia.

En el parque Sesquicentenaria es otra muestra del mal uso de estos espacios.




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