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Timayuí: el reto de la normalización

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El 20 de julio del año 2001 se constituyó el populoso barrio denominado Timayuí al nororiente de esta capital. Sus habitantes fueron reasentados en esa área luego de ser sacados de la vía férrea donde permanecieron por dos años, tras un compromiso adquirido por el alcalde de la época Hugo Gnecco Arregocés.

Pero Timayuí, lejos de ser la tierra prometida para esta comunidad, fungió como un enmontado e inmenso lote que era la única opción. No había civilización antes en la zona.

Puede decirse que este fue un ejemplo de las decenas de barrios subnormales que aparecieron en Santa Marta durante la década anterior. Hoy, en casi todos, la normalización de servicios públicos ha estado rodeada por un proceso lleno de caos y en el peor de los casos aún no existen.

Timayuí primitivo

Aurelio Del Rio, líder comunal, y cofundador de las tres etapas que componen Timayuí, recuerda casi 11 años después su llegada a una zona desértica, cerca al río y el cerro, pero donde no había siquiera un poste de luz.

"Aquí no encontramos nada diferente a cerros y monte, pero nosotros teníamos la necesidad de un lugar donde levantar una casa, pues muchas familias de esta comarca eran desplazadas y en condición de vulnerabilidad", manifestó Del Rio.

A los días de estar asentados en esta zona se implementó rudimentariamente el sistema para recolectar agua, pero el gran reto era la energía eléctrica, pues los primeros días en esa marginada zona de la ciudad se vivía increíblemente como en tinieblas.

"Nuestra preocupación era la luz eléctrica porque estar cerca al cerro y en una zona montañosa expuestos a una culebra u otro animal, era algo peligroso e imposible advertirlo en la oscuridad", recuerda Nehemias Calvo, quien habita en Timayuí desde sus primeros días.

Timayuí en acción

Ante la imposibilidad de empezar un proceso de energización legalmente en forma inmediata al tener que surtir un proceso de convenio con la Alcaldía, los habitantes tomaron la decisión de buscar una solución a corto plazo o momentánea. Fue así como se creó un fondo de ahorro dentro de la comunidad donde se recogían tres mil pesos semanales entre los habitantes. Al cabo de varias semanas se alcanzó la cifra de 6 millones de pesos, que fue la base para dirigirse al ingeniero eléctrico Rafael Galeano.

"Con el ingeniero conseguimos un crédito de tres transformadores, guayas en aluminio, aisladores y el material que necesitábamos. Asimismo obtuvimos de los árboles del río la madera que fungiría como postes y que al cabo de unos días empezaríamos a levantar y "vestir" con sus redes", dijo Nehemias Calvo.

La historia dice que oficialmente se levantaron las cañuelas y llegó la luz eléctrica el 17 octubre del 2001 a la una de la mañana, tras la implementación de este sistema rudimentario.

El primer pasó a la normalización

Sin duda alguna, el primer paso a la normalización eléctrica de esta comunidad fue el entender que el ortodoxo sistema no era lo mejor, en cuanto a seguridad y desarrollo social. Fue así como mediante un proceso de concertación, la zona subnormal urbana entró a quedar bajó el cargo de Energía Social. Allí se estableció un cronograma de facturas con unos precios acordes al estrato, y que no superaba en el mayor de los casos los cinco mil pesos. Según Aurelio Del Rio, el proceso con Energía Social duró casi 7 años y fue la puerta a la "tranquilidad eléctrica".

La normalización: una realidad

El proceso como tal inició el 27 de abril del 2007, En acto público el ex alcalde Francisco "Chico" Zúñiga, llegó a la comunidad a entregar formalmente la energía, el acueducto y las mejoras en las viviendas. Prácticamente desde el 2008 Electricaribe ha liderado este difícil y tedioso proceso, ha mejorado las redes, se encarga del mantenimiento y la facturación.

Si bien es cierto, Timayuí cuenta con más de 13 mil habitantes y barrios circunvecinos casi que en la clandestinidad; gran parte del área goza de los beneficios del trascendental servicio público domiciliario.

Este barrio, es el modelo a seguir no solo por vecinos del sector, sino también por otras aéreas con más tiempo que han hecho imposible que se lleve a cabo el proceso. La invención por presuntamente ahorrarse unos pesos, es directamente proporcional a la falta de una mejor calidad de vida en barrios como Los Cardonales y San José del Pando. Este último la cara más fehaciente del problema creciente de la subnormalización, donde los habitantes se niegan a un proceso de electrificación.

El mejor proceso

El veterano líder comunal Aurelio del Rio no ahorra elogios en la mención que cuelga en la sala de su casa como el mejor proceso comunitario de electrificación y recaudos en cinco departamentos de la costa para aéreas subnormales.

"Los dos primeros años fueron difíciles, pero la gente se fue acostumbrando y acorde mejoraba el servicio; así el interés del pago. Los últimos cinco años fueron fundamentales, para que este barrio por el que pocos apostaban tenga una excelente luz eléctrica", dijo en medio de una sensible emoción Aurelio Del Rio.

Lejos de lo que se podría pensar, una población de desplazados, con el 40 por ciento de su fuerza laboral masculina dedicada al mototaxismo, fue ejemplo clave de responsabilidad y compromiso para mejorar en el aspecto energético de la marginada zona.

Hoy Timayuí hizo lo que otras zonas subnormales no se le miden, ¡ganó el reto de la normalización!.

"Aquí en Santa Marta un barrio normalizado como Timayuí en tampoco tiempo no lo hay. Faltan varias zonas, cosas por mejorar, pero aquí estamos, dando la batalla todavía", anotó Aurelio del Rio.