Un mesón y unas cuantas ollas donde se expenden alimentos, es la imagen de bienvenida para los viajeros que llegan a la terminal de trasporte de Santa Marta, luego que allí se ubicará una venta ambulante. Es alarmante la manera como día a día prolifera la ocupación de los espacios públicos, el negocio se esparce por todos los puntos cardinales y sin importar escenario alguno.