Todo el mundo ha puesto el "grito en el cielo" por la actual crisis económica que está estremeciendo los cimientos del mundo.
Pero hay un hecho muy significativo, ¿por qué no se han preocupado con la misma vehemencia por la actual crisis de valores humanos, éticos? Miremos hasta dónde hemos rodado: homosexualismo, lesbianismo, sodomía, prostitución, politicastros, plutocracia, corrupción en todos los niveles sociales, explotación del hombre por el hombre, gobiernos fascistas, dictaduras de extrema derecha y de extrema izquierda, constituciones violadas para satisfacer el canibalismo burocrático de seres abyectos, los poderes legislativo y judicial controlado por el poder ejecutivo rapiñero para apoderarse junto con su familia de la riqueza de los pueblos, publicidad mentirosa, robo y más robo, asesinatos a la lata, paramilitarismo, guerrillas, guerra de religiones, promesas politiqueras que jamás se cumplen, etc., etc., etc.
Ahora caigo en cuenta que si enumeramos los antivalores que han encarcelado a la actual humanidad, llenaríamos millones de páginas.Vivimos en un mundo que se desmorona, que ha enloquecido por completo, que se ha vuelto un lugar completamente anárquico y peligroso para estar en él.
A donde quiera que uno viaje; Asia, Europa, África, descubrimos que hay dolor, violencia, guerra, terrorismo tanto de Estado como de grupos armados ilegales, matanzas, drogas, o sea, todo género de barbarie, de incultura, de crueldad, de bestialidad. Pero lo que da grima, asco, turbación es que ya estamos aceptando la acción de los antivalores como si fuera una cuestión inevitable, y nos estamos resignando a su manifestación muy fácilmente.
Esto es lo que está sucediendo en el mundo; pero, ¿qué puede hacer una humanidad que no es consciente de lo que le está acaeciendo en sus propias narices? Lo más importante es guiarnos por los hechos.
Si pudiéramos ver los hechos reales de la reinante barbarie que nos llega por todas partes, hechos auténticos, de naturaleza dañina, nos convenceríamos que estamos atrapados por la barbarie de los antivalores.
Pero nos hemos dejado sugestionar por la demagogia de los gobiernos que vilmente nos siguen vendiendo la idea estrafalaria de la igualdad de los ciudadanos, que nos siguen separando en regiones, estratos, países desarrollados y en vía de desarrollo.
No vemos la verdad de la acción de los antivalores, ni la verdad del hecho que nuestros limitados pensamientos, experiencias y conocimientos son asimismo el producto de la era de los falsos valores, que nos separan, que nos desintegran y que finalmente nos conducen al fondo de la pseudo-civilización actual patentada con un sello indeleble: la guerra.
Ya desde los mismos pupitres escolares la mente de la niñez es moldeada por los ficticios valores. Eso es lo que padres y maestros de escuela prefieren hacer. Ellos gozan dándole forma a la mente de los niños y jóvenes de esos espurios valores.
Mente metida en un molde de valores ilegítimos es de hecho mente inicua, mente infame. Ahí tenemos nuestro mundo, el mundo caótico y miserable que nosotros hemos creado con todas esos falsificados valores.
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