En el contexto corporativo actual, la palabra "liderazgo" a menudo se asocia con autoridad y decisiones firmes. Sin embargo, el liderazgo gentil ofrece una perspectiva diferente. Se basa en la idea de que un guía efectivo no necesita ejercer control absoluto ni imponer su voluntad sobre los demás. Más bien, busca crear un entorno colaborativo y respetuoso, donde cada miembro del equipo se sienta valorado y motivado para dar lo mejor de sí mismo.
En este sentido, en el ámbito de la alta dirección y la gerencia, esta propuesta puede marcar la diferencia. En lugar de imponer su visión de manera autoritaria, los guías afables escuchan atentamente a sus colaboradores y fomentan un diálogo abierto. Autores como Robert K. Greenleaf, conocido por su concepto de liderazgo servicial, y Daniel Goleman, experto en inteligencia emocional, destacan la importancia de la empatía y la compasión en este tipo de direccionamientos empresariales o corporativos.
La gentileza en sí misma no implica debilidad, sino todo lo contrario. Un dirigente bondadoso muestra coraje al reconocer y aprovechar las determinaciones individuales de su equipo. Fomenta un ambiente de trabajo en el que todos se sientan seguros para expresar sus ideas y contribuir al crecimiento de la organización. Margaret Wheatley, autora de varios libros sobre el tema del empoderamiento personal, señala que: "La gentileza es un poderoso antídoto para el miedo. Actuar con este sentimiento motivador es una forma audaz de vivir y liderar".
El LG (por sus siglas en español) también tiene un impacto positivo en la comunicación. Un dirigente que se expresa con amabilidad y claridad construye puentes entre los miembros del equipo. La comunicación efectiva es esencial en cualquier organización, ya que promueve la comprensión, la cooperación y la resolución de conflictos. Cuando los ‘capitanes’ de grupo adoptan un enfoque amable, inspiran a otros a hacer lo mismo. Las investigaciones de universidades como Stanford y el MIT muestran que las organizaciones que fomentan estos tipos de gestiones emocionales experimentan un mayor compromiso y satisfacción de los empleados, una mayor retención del talento y un aumento de la productividad.
Imaginemos una organización en la que los gerentes se preocupan por el desarrollo y el bienestar de sus equipos de trabajo. Este dirigente alienta la autonomía, el aprendizaje y la colaboración, y reconoce los logros individuales y colectivos. Los empleados se sienten valorados y motivados para dar lo mejor de sí mismos. Como resultado, la organización florece, la creatividad fluye y se generan soluciones innovadoras. Este tipo de alternativa gerencial también se refleja en la forma en que se manejan los desafíos y los conflictos. En lugar de imponer su voluntad, el guía busca soluciones pacíficas y constructivas, promueve el diálogo y la colaboración para llegar a un consenso y encontrar el camino más beneficioso para todos.
En Colombia, líderes como Luis Carlos Sarmiento Angulo, empresario y filántropo, han demostrado cómo la gentileza puede conducir a la construcción de organizaciones sólidas y éticas. Su enfoque humanista y su capacidad para escuchar y apoyar a su equipo han sido clave en su éxito empresarial. En esta línea de pensamiento, autores como Andrés Oppenheimer, periodista y analista político, y Javier Gómez, especialista en liderazgo y negociación, resaltan la importancia de la empatía y la amabilidad en la gestión de las relaciones internacionales en el universo empresarial. Los gerentes que practican la gentileza son capaces de inspirar a otros, promover un ambiente de trabajo positivo y alcanzar resultados excepcionales.
Comunicador corporativo. Apasionado por los viajes, la música electrónica, la cultura glocal, la tecnología y los negocios inteligentes.