En medio de inconformidades, cerca de 22 vendedores de comidas y jugos, se desplazaron para dar espacio a la construcción que se realiza en el teatro Santa Marta.
Por: Anayancy Vidal H.
Redacción EL INFORMADOR
Por: Orlando Marchena.
En medio de inconformidades, cerca de 22 vendedores de comidas y jugo se desplazaron por la última fase de construcción en el Teatro Santa Marta, dejando atrás más de cuatro décadas de estar ubicados en uno de los puntos con mayor movilidad del Centro Histórico.
Tal y como lo programó la Secretaría de Gobierno, en la mañana de este martes se dio cumplimiento al desalojo de los comerciantes informales ubicados en la calle Santo Domingo (16) con avenida Campo Serrano. La diligencia fue acompañada con miembros de la Policía Metropolitana y de la Unidad Defensora del Espacio Público, Udep, quienes comenzaron el proceso de reubicación de los puestos estacionario.
Algunos de los propietarios accedieron con disgusto al nuevo lugar asegurando que la Alcaldía forzó esta reubicación sin garantías para pasarse al sitio asignado, que es sobre la misma calle, pero entre sexta y séptima.
El descontento por parte de los vendedores los embargó, aseverando que no cuentan con las garantías para trabajar sin las adecuaciones requeridas.
“Aquí han venido arbitrariamente a desalojarnos para pasarnos a otro punto que no tiene luz, no tiene agua, no tiene techo, solo se basan en que esto será transitorio pero no se han dedicado a explicarnos cuánto es el tiempo estimado para quedarnos en este nuevo espacio que nos asignaron, que por cierto, nada más medio arreglaron un tramo del andén y limpiaron con una bolsa de detergente, aunque aún sigue oliendo feo en ese lugar”, dijo Alfonso Jiménez, vendedor de jugos desde hace más de 20 años.
Piden acta de reubicación
El otro inconveniente que hoy existe entre los vendedores y las autoridades del Distrito, es que ellos han pedido que desde la misma Secretaría de Gobierno les den un acta de reubicación donde conste el procedimiento y el tiempo definido en el que permanecerán en el nuevo espacio asignado, sin embargo aseguran que hasta el momento no se ha hecho.
Pese a los constantes llamados por parte de los vendedores para el acondicionamiento del nuevo punto al que deben ser reubicados, el secretario de Gobierno Adolfo Bula, ha manifestado en ocasiones anteriores que las solicitudes en su mayoría hechas por los comerciantes no pueden ser atendidas debido a que este nuevo traslado será transitorio.
Los nocturnos se quedan
Entre las autoridades distritales presentes en el procedimiento de reubicación, estuvo la directora de la secretaría de Seguridad y Convivencia, Sarita Vives, quien explicó que los comerciantes que se dedican a vender en la noche no tienen necesidad de trasladarse, únicamente serán los que trabajan diurno, pues son quienes están más expuestos de que caiga cualquier material de construcción de la obra.
En medio de la concertación, dijo: “los que se deben reubicar momentáneamente son los que están pegados a la pared del Teatro Santa Marta y los que tienen horario nocturno y tienen su carnet, no tienen ningún tipo de problema porque son los que se ubican en la parte de adelante”.
Pese a los constantes llamados por parte de los vendedores para el acondicionamiento del nuevo punto al que deben ser reubicados, el secretario de Gobierno Adolfo Bula, ha manifestado en ocasiones anteriores que las solicitudes en su mayoría hechas por los comerciantes no pueden ser atendidas debido a que este nuevo traslado será transitorio.
Pero esta vez, en pleno proceso, el jefe de cartera de Gobierno se abstuvo de dar declaraciones a la prensa frente a lo sucedido, pues en repetidas ocasiones era señalado por los mismos vendedores como “arbitrario y violento”.
Basado en la información entregada por el funcionario en entrevistas anteriores, las condiciones mínimas con las cuales se concertó, evidentemente les permitirá trabajar y reiteró que ese sitio no se puede acondicionar de manera que se queden por muchos años, ya que después de un tiempo deberá realizarse la intervención general en la Campo Serrano y el Centro Histórico por parte del Distrito.
Sin embargo, el descontento por parte de los vendedores los embargó, aseverando que no cuentan con las garantías para trabajar sin las adecuaciones requeridas.
El drama continúa
El drama de esta reubicación continuó y al final del día accedieron trasladarse al lugar asignado, mientras miembros de la Udep demolían los techos que fueron construidos por los comerciantes. Ahora los vecinos de la zona también se encuentran disgustados pues no quieren ver frente a sus casas los puestos de ventas de jugos y comida.
Para Edna Gómez, quien vive desde hace más de tres años en la calle 16 entre carrera sexta y séptima, le es preocupante pues su casa ya la puso en venta y con esta nueva situación teme que su propiedad se devalúe. “La preocupación es bastante porque si en la noche van a poner ventas, lo más probable es que se haga un escándalo. Hasta hace una semana nos enteramos por los mismos vendedores porque nunca nos pasaron una carta formal advirtiendo de esta situación que se iba a presentar frente a mi casa”. 
Al cierre de esta edición, los 22 vendedores informales quedaron instalados en su nuevo punto, pero a la espera de un nuevo pronunciamiento por parte de la Secretaría de Gobierno.
