En pleno centro de la ciudad, donde la limpieza de las basuras debe ser permanente, todavía existen lugares donde los camiones recolectores parecen nunca haber llegado.
Tal es el caso de un lote en la calle 27 con carrera segunda en el que este tiradero a cielo abierto, además de afear al sector residencial, emana olores nauseabundos y atrae animales indeseables hacia las viviendas vecinas. Este cuento parece de nunca acabar y las medidas de multas, así como las de recolección de desechos para nada dan resultados.