El fenómeno del rebosamiento de las aguas residuales en la ciudad desde hace rato se convirtió en una emergencia de salud pública sin ser declarada y a la cual los samarios deben resistir estoicamente sin que el Distrito, a través de la empresa responsable del mantenimiento y su ‘aliado estratégico’ Veolia, puedan solventar el desastre que vive la ciudad.
Con pañitos de agua tibia, los operarios hacen lo que pueden. Mientras evacuan un sector, casi al tiempo hay otra tubería de aguas putrefactas brotando en cualquier punto. Como si fuera poco desde hace unos días un daño en las tuberías de la estación de bombeo que maneja Veolia en el barrio La Tenería, está provocando el vertimiento de aguas residuales hacia el río Manzanares, ocasionando un daño ambiental irreversible al débil ecosistema del caudal más importante que tiene Santa Marta. En las imágenes, la tubería que manda las aguas al Manzanares y el rebosamiento de una alcantarilla en la calles 17 con carrera 20 en el barrio Jardín.
