Una persona que vive en las calles de la ciudad hoy no puso su ‘cambuche’ donde habitualmente acostumbra, en la Calle 22 con carrera 7, detrás del cementerio San Miguel, lugar en el que hoy se derrumbó una pared por los fuertes vientos.
No le tocaba. Por situaciones del destino, el habitante de calle amarró las sábanas con los cordones que utiliza para armar su morada ambulante unos metros más adelante del sitio en el que se vino abajo la pared, junto con un árbol. Por fortuna se salvó, debido a que un tramo de la avenida Santa Rita quedó entre ladrillos y escombros.
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Por su parte, el padre Hernando Fajid Álvarez Yacub manifestó que la culpa la tiene la obra inconclusa de la Calle 22. Dice que: “la pared absorbía la humedad de un charco que se forma con frecuencia en el abandonado lugar y por eso se fue debilitando. No es culpa de la brisa, es culpa de la obra inconclusa”. También agregó que afortunadamente no se han presentado pérdidas humanas.
Los fuertes vientos han ocasionado la caída de al menos 14 árboles en las últimas horas en Santa Marta.
