¿Qué nos dicen las cabañuelas?

Cada inicio de año es común leer pronósticos sobre el amor, la suerte, la estabilidad económica o el clima, y es tradición acudir a las cabañuelas y observar los primeros días de enero para calcular como serán los próximos meses

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En pleno siglo XXI y en el año 2018, la predicción meteorológica es más sencilla gracias a todo tipo de satélites que orbitan la Tierra, así como de otros muchos avances que permiten un análisis que logra una gran tasa de acierto.

La tecnología y el cambio climático han cambiado los métodos de predicción del tiempo, el más conocido era el de las cabañuelas; un medio tradicional para predecir el tiempo meteorológico de los meses de abril hasta noviembre que dura el periodo lluvioso en el hemisferio sur.

Con la llegada del primer día de enero llega también el uso de las llamadas cabañuelas, utilizado principalmente por los agricultores, que tiene como fin la predicción de éste el resto del año.

No obstante, debido al cambio climático cada año el sistema es más inexacto y las temporadas se recorren, perdiendo efectividad para quienes lo utilizaban.
“Cada año lo hacemos, pero ya no funciona. El tiempo está muy descompuesto, y esto ha trastocado a las cabañuelas”, dijo a EL INFORMADOR Luis Fernando Bruges, residente del corregimiento de Bonda.

El método de las cabañuelas
Las cabañuelas son un conjunto de métodos tradicionales de predicción meteorológica a largo plazo utilizado en el sur de España y en América Latina.
De acuerdo con el método, el 14 es noviembre y así los siguientes días en dirección opuesta al orden de los meses.

Para Hernando Diazgranados, agrónomo, el primero de enero representa los climas de todo el año, y el resto de los días se aplica el sistema antes descrito, sólo que con desfase de un día. Es decir, el día 2 es el mes de enero, el día 3 es el mes de febrero, y así sucesivamente.

“Este año estuvimos al pendiente de eso, pero resulta que no sucedió nada como estaba programado. Como que se recorrió el tiempo, tuvimos fuertes vientos que teníamos entre febrero y marzo, entre abril y mayo”, dijo el trabajador del campo.
Los cambios climáticos no permite que los agricultores puedan hacer una planeación precia de proceso de siembra y cosecha, pues desconocen las condiciones climáticas que se presentarán durante el año.

El cambio climático ya afectó a las Cabañuelas, ya no hay confianza. Nosotros sabíamos perfectamente que el 15 de abril iniciaba un periodo libre de heladas, pero ya no posible acertar en las predicciones.

Las cabañuelas se basan en el conocido método como “Calendario Zaragozano”, en un trabajo constante de mirar al cielo “que asigna cada día de inicio de agosto a un mes del año siguiente, de modo que el 1 es enero, el 2 es febrero, etc. para luego empezar una cuenta a la inversa: el 13 de agosto es diciembre y el 14 es noviembre, de modo que el 24 corresponde de nuevo al mes de enero.

Los expertos en este método eligen agosto porque “es el mes de verano por excelencia, en el que los cielos tienen que estar completamente despejados, y en algún momento aparecen nubarrones, no dejan ninguna actividad meteorológica, y en función de esos nubarrones podemos predecir lo que va a ocurrir en ese periodo de tiempo”.

Origen de las cabañuelas
Según el termino proviene de la festividad judaica de los tabernáculos en el cual se colgaban cien cabañuelas en el barrio donde se representaban los años que paso el pueblo judío vagando en el Sinai.
En España se utiliza el mismo sistema de predicción llamado témporas que les permite predecir las estaciones del año.




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