Otro paraíso de Santa Marta: Así es Quebrada Valencia, el 'Ombligo del Mundo'

La Guía Turística
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En la continuidad de la Guía Turística que realiza EL INFORMADOR, llegamos a Quebrada Valencia, uno de los lugares que ha tomado mayor relevancia en temporada de vacaciones debido a sus piscinas naturales y belleza silvestre.



La entrada a Quebrada Valencia se encuentra sobre la Troncal de Caribe, al pie del puente que separa los corregimientos de Guachaca y Buritaca, los cuales hacen parte de la zona rural de Santa Marta.

Al bajar del puente, en la zona de ingreso los visitantes encuentran seis puestos de venta de productos naturales fabricados por los mismos residentes del lugar, como lo son los repelentes, la miel, las cocadas, fritos, entre otros comestibles y consumibles.

Más adelante, a unos tres minutos de camino a pie, se encuentra la zona de registro, en donde los que deseen ingresar al balneario deberán cancelar un valor de $11.000.

EL INFORMADOR tuvo la oportunidad de charlar con Richar Valencia, quien es el encargado del lugar y mencionó que Quebrada Valencia cuenta con servicios de salvavidas, limpieza y mantenimiento, por lo cual se cobra un “módico costo” de ingreso.

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Una vez que se ha realizado este proceso, inicia la caminata de 30 minutos por un sendero natural cubierto por una basta vegetación y fauna tropical. La humedad es alta, la temperatura ronda los 35 grados durante el medio día, pero el sol es cubierto casi todo el recorrido por los árboles que alcanzan alturas inmensas gracias a los nutrientes de semejante fuente hídrica.

Antonio Ramírez, un español que llegó desde Medellín hasta Santa Marta con motivo de visitar Quebrada Valencia, quedó maravillado con la belleza del lugar.

“Un lugar precioso, muy bonito, un macizo de roca con un agua muy bonita. El camino es precioso unos higuerones enormes” dijo Ramírez.
“Un lugar precioso, muy bonito, un macizo de roca con un agua muy bonita. El camino es precioso unos higuerones enormes” dijo Ramírez.


A unos 10 minutos de caminata, los visitantes se encuentran con las arepas de yuca de doña Gladis. Un manjar el cual ella misma asevera que “son lo mejor que probaran en su vida y en bajada”.

Las arepas de Gladis son hechas con yuca, queso y bocadillo, tienen un costo de $4.000 y las personas las pueden acompañar con gaseosas, jugos y otras bebidas que también vende Doña Gladis, quien además trabaja en compañía de su nieta.

Las arepas de yuca, queso y bocadillo de Doña Gladis.
Las arepas de yuca, queso y bocadillo de Doña Gladis.


“Llevo más de nueve años vendiendo mis arepas aquí en Quebrada Valencia” mencionó Gladis a EL INFORMADOR.

Esta temporada veo el movimiento muy suave, esto antes era una procesión entrando y otra saliendo. Un buen día de trabajo saco de ganancias entre $80.000 - $100.000, empezando desde las 8:45 de la mañana, hasta las 2:00 de la tarde” añadió Gladis.

Es importante mencionar a las personas interesadas en llegar a Quebrada Valencia que en el camino EL INFORMADOR no observó canecas o depósitos de basura, por lo cual la recomendación es llevar la menor cantidad de contaminantes la quebrada y revisar la zona antes de abandonarla.

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Pasando las arepas de Gladis, EL INFORAMDOR continuó la caminata durante 22 minutos, atravesando riachuelos y subiendo algunos peñones, llegamos a las piscinas naturales de Quebrada Valencia, donde ya había cerca de 100 personas disfrutando del agua fría que cae desde la cascada.

Allí estaba Víctor, quien desde que era un menor de edad trabaja del lugar. “Gracias a Dios esta temporada las personas han venido a visitar, mucho bogotano, mucho paisa, vienen a disfrutar de estas hermosas cascadas de Quebrada Valencia, de estas piscinas 100% naturales” dijo a EL INFORMADOR.



Víctor, o ‘cuco’ como le dicen de cariño los residentes de Quebrada Valencia, antes de ser salvavidas se desempeñó como Guía Ecológico y mencionó que esta época del año se presta para que los turistas lleguen en mayor cantidad hasta allí, debido a que durante la temporada de lluvia el acceso se torna riesgoso al subir el cauce de los ríos Guachaca y Buritaca que dan nacimiento a esta cascada.

Sin embargo, no solo es este fenómeno climático el que afecta el turismo de Quebrada Valencia. Los vendedores y las familias que dependen de esta actividad empiezan a preocuparse ante la inminente llegada del ‘fenómeno del Niño’, puesto que la sequía puede dejar sin agua la cascada y por ende el cierre de manera temporal de un lugar que perdería gran parte de su atractivo.

Por eso rogamos siempre al cielo que la quebrada no se seque. Si seca quiere decir que Dios se ha ido a descansar y nos toca ir a descansar también” mencionaba Gladis ante la posibilidad de una sequía durante las próximas semanas.

Este peculiar escenario hace de Quebrada Valencia un paraíso natural escondido, que las personas pueden disfrutar a gusto en esta temporada de vacaciones de comienzos de año, cuando en la región predomina un clima despejado y con poca lluvia, a bajo costo, como lo confirmó Jesús Álvarez, quien se encontraba con su hijo y sobrino disfrutando de las piscinas de Quebrada Valencia.

“No me salió muy caro llegar hasta acá, económicamente bien, me gasté alrededor de $100.000 entre todo. Así que el que no ha venido, que nos ni visite que esto es hermoso por aquí” manifestó Álvarez a EL INFORMADOR.