Hace 25 años, la Junta Cívica de El Rodadero hacía un llamado a las autoridades sobre las problemáticas que enfrentaba este icónico balneario de Santa Marta durante la temporada alta. Varias de estas situaciones aún se presentan en el sector.
En la edición del 15 de enero del año 2000, EL INFORMADOR publicó en su sección 'Carta del Lector' una carta firmada por miembros de la Junta Cívica de El Rodadero, quienes expusieron el panorama turístico de esa época, caracterizado por la gran afluencia de visitantes, pero también por fallas estructurales y de planificación que impactaban la experiencia en el lugar.
Entre los aspectos destacados, se mencionaron las famosas 10 ‘T’ que definían el paisaje en el balneario: tren, transitors, toalla, tamal, termo, tinto, tres puntá, termoking, tienda y trencitas. Cada una de estas palabras reflejaba elementos comunes en la dinámica turística, desde los alimentos tradicionales hasta las actividades comerciales informales.
Sin embargo, la misiva hacía énfasis en problemas críticos como:
- La proliferación de ventas estacionarias en las vías de acceso, particularmente en Gaira.
- La falta de control en las cabalgatas nocturnas, que generaban caos en medio del tráfico vehicular.
- La contaminación auditiva y ambiental, a pesar de campañas anunciadas para mitigar el ruido y mejorar la convivencia.
La Junta Cívica también señaló la saturación de transporte y comercio informal en el balneario, el cual era frecuentado por una población flotante que superaba las 150.000 personas durante la temporada alta.
Aunque criticaron la falta de acción de algunas entidades, también reconocieron la labor de organismos como la Policía Nacional, que enfrentaba los retos con solo 40 agentes, y agradecieron la presencia de Metroagua, Electricaribe e Indistrán.
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