Faltan dos miércoles de indulgencia plenaria por el Año de San José

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El próximo miércoles 8 de diciembre finalizará el periodo de gracia decretado por el papa Francisco en diciembre de 2020, en virtud del 150 aniversario de la proclamación del padre adoptivo de Jesús como Patrono Universal de la Iglesia.

¿Qué es una indulgencia plenaria y cómo se obtiene?
Desde el 5 de julio de 1883, los días miércoles quedaron consagrados a san José en toda la Iglesia Universal por decreto del Papa León XIII, quien posteriormente, el 15 de agosto de 1889, destacó las virtudes del castísimo esposo de la Virgen María en su carta encíclica Quamquam Pluries.

De acuerdo con las escrituras, para ganar indulgencia plenaria, se debe realizar una oración que el Papa Francisco compartió con la comunidad el pasado 24 de noviembre, como parte del ciclo de catequesis sobre la figura de san José. Y otra sugerida por la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede para rezar todos los miércoles.

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Oración a San José: aliado, amigo y apoyo

(Papa Francisco)
San José, tú que has custodiado el vínculo con María y con Jesús, ayúdanos a cuidar las relaciones en nuestra vida. Que nadie experimente ese sentido de abandono que viene de la soledad.
Que cada uno se reconcilie con la propia historia, con quien le ha precedido, y reconozca también en los errores cometidos una forma a través de la cual la Providencia se ha hecho camino, y el mal no ha tenido la última palabra.
Muéstrate amigo con quien tiene mayor dificultad, y como apoyaste a María y Jesús en los momentos difíciles, apóyanos también a nosotros en nuestro camino.
Amén.

Oración a san José para la indulgencia plenaria
(Penitenciaría Apostólica de la Santa Seda)

A ti, oh bienaventurado José
A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa solicitamos también confiados tu patrocinio.

Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.
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