Novena en Honor a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá

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Cada nueve de julio se conmemora la canonización y coronación de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá como Reina y Patrona de Colombia, este año se celebran 101 años.
La historia de la imagen se remonta a hace cuatro siglos, cuando don Antonio de Santana, encomendero de los pueblos de Suta y Chiquinquirá, solicitó al español Alonso de Narváez que pintara una imagen de la Virgen del Rosario para colocarla en una pequeña capilla.

La pintura fue realizada sobre una tela de algodón de procedencia indígena, luego de la muerte de Antonio de Santana, el cuadro queda abandonado y va perdiendo sus colores hasta dejarlo borroso.

Milagro de la restauración del cuadro

Se dice que el 26 de diciembre de 1586 una campesina salía de la capilla y paso frente al cuadro y ve que la pintura estaba rodeada de brillo y colores resplandecientes y se da la restauración de ese cuadro. Estuvo largo rato contemplando gozosa aquellos resplandores de Gloria que llenaban de luz la capilla y de alegría los corazones.
La pintura se había vuelto tan renovada y de celestiales colores, que era una gloria el verla.

Coronación

Pio VII la declaró patrona de Colombia en 1829 y fue coronada canónicamente en el 9 de julio de 1919 por el decreto firmado oficialmente por Pio X.

La palabra Chiquinquirá significa lugar de nieblas y pantanos. Esta ciudad se ubica en el departamento de Boyacá en la región andina del país.

Primer día

Oración inicial (para todos los días)

Dios de bondad y santidad que has mirado a nuestro pueblo colombiano con compasión y has querido dejar tu recuerdo y compañía con la imagen sagrada de María. Gracias te damos porque revelas tu amor y bondad en nuestra tierra de Chiquinquirá y desde aquí bendices a todos los hombres, mujeres, niños, jóvenes y familias de buena voluntad de nuestra patria. Mira esta nación que sufre a causa de la injusticia y la violencia, pero que camina en la esperanza de la reconciliación y el futuro de prosperidad, paz y justicia que tanto anhela nuestro pueblo. Permite que María camine con nuestro Pueblo y anime nuestros corazones para lograr que en nuestra patria nazca tu reino. Amén

RENOVACIÓN, motivo para seguir adelante
Iluminación bíblica: Salmo 69

¡Sálvame, Dios mío, porque el agua me llega a la garganta! Estoy hundido en el fango del Abismo y no puedo hacer pie; he caído en las aguas profundas, y me arrastra la corriente. Estoy exhausto de tanto gritar, y mi garganta se ha enronquecido; se me ha nublado la vista de tanto esperar a mi Dios. Más numerosos que los cabellos de mi cabeza son los que me odian sin motivo; más fuertes que mis huesos, los que me atacan sin razón. ¡Y hasta tengo que devolver lo que yo no he robado! Dios mío, tú conoces mi necedad, no se te ocultan mis ofensas.

Que no queden defraudados por mi culpa los que esperan en ti, Señor del universo; que no queden humillados por mi causa los que te buscan, Dios de Israel. Por ti he soportado afrentas y la vergüenza cubrió mi rostro; me convertí en un extraño para mis hermanos, fui un extranjero para los hijos de mi madre: porque el celo de tu Casa me devora, y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian. Cuando aflijo mi alma con ayunos, aprovechan para insultarme; cuando me visto de penitente, soy para ellos un motivo de risa; los que están a la puerta murmuran contra mí, y los bebedores me hacen burla con sus cantos. Pero mi oración sube hasta ti, Señor, en el momento favorable: respóndeme, Dios mío, por tu gran amor, sálvame, por tu fidelidad.

Sácame del lodo para que no me hunda, líbrame de los que me odian y de las aguas profundas; que no me arrastre la corriente, que no me trague el Abismo, que el Pozo no se cierre sobre mí. Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor, por tu gran compasión vuélvete a mí; no le ocultes el rostro a tu servidor, respóndeme pronto, porque estoy en peligro. Acércate a mi y rescátame, líbrame de mis enemigos: tú conoces mi afrenta, mi vergüenza y mi deshonra, todos mis enemigos están ante ti.

La vergüenza me destroza el corazón, y no tengo remedio. Espero compasión y no la encuentro, en vano busco un consuelo: pusieron veneno en mi comida, y cuando tuve sed me dieron vinagre. Yo soy un pobre desdichado, Dios mío, que tu ayuda me proteja: así alabaré con cantos el nombre de Dios, y proclamaré su grandeza dando gracias; esto agradará al Señor más que un toro, más que un novillo con cuernos y pezuñas. Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor: porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos. Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar, y todos los seres que se mueven en ellos; porque el Señor salvará a su Pueblo y volverá a edificar las ciudades de Judá: el linaje de sus servidores la tendrá como herencia, y los que aman su nombre morarán en ella.

Reflexión: Una sencilla mujer venida de España a buscar a su esposo se encuentra con una realidad dolorosa y agobiante: él ya se ha organizado con otra mujer. Sin duda, un duro golpe. Pero es la situación de muchas personas. El dolor causa cansancio, el cansancio a su vez nos incapacita para continuar el camino.

Fue la realidad de esta mujer. Pero algo pasó:Ella se encontró con un lienzo en el que había estado pintada la imagen de Nuestra Señora del Rosario, pero ahora estaba dañado y roto y se usaba para secar trigo y maíz. En 1585 ella se lleva el lienzo a una humilde villa llamada Chiquinquirá. Allí lo deposita en un sencillo altar y todos los días con angustia, lágrimas y, sobre todo, esperanza oraba diciendo “¿Hasta cuándo Rosa del cielo te vas mostrar” Dios escucha al humilde. El salmista nos recuerda que aunque esté triste y ya no haya voz en su garganta, sin embargo, espera en el Señor. Ese es un motivo para continuar: la esperanza de que aunque las cosas se vean mal siempre hay un Dios que nos ama y escucha. María Ramos, la española que llegó buscando a su marido, se encontró con una oportunidad para seguir adelante y con su angustia y oración pide y suplica a Dios que haga justicia a su reclamo.

REPITE CON TU FAMILIA: En el camino de la Renovación, acompaña a Colombia, María Dios te salve María, llena eres de gracia…

Oración Rosario de Chiquinquirá

Oh incomparable Señora del Rosario de Chiquinquirá!
Madre de Dios, Reina de los ángeles,
abogada de los pecadores,
refugio y consuelo de los afligidos y atribulados.

Virgen Santísima, llena de poder y de bondad,
lanzad sobre nosotros una mirada favorable
ara que seamos socorridos por Vos
en todas las necesidades en que nos encontramos.

Acordaos, ¡Oh clementísima Señora del Rosario!,
que nunca se oyó decir que alguien que haya recurrido a Vos,
invocado vuestro Santísimo nombre,
e implorado vuestra singular protección,
fuese por Vos abandonado.

Animados con esta confianza, a Vos recurrimos.
Os tomamos desde hoy y para siempre por Madre nuestra,
nuestra protectora, consuelo y guía,
esperanza y luz en la hora de la muerte.

Libradnos de todo aquello que pueda ofenderos
y a vuestro Santísimo Hijo, Jesús.

Preservadnos de todos los peligros del alma y del cuerpo;
dirigidnos en todos los negocios espirituales y temporales;
libradnos de la tentación del demonio,
para que andando por el camino de la virtud,
podamos un día veros y amaros en la eterna gloria,
por todos los siglos de los siglos.

Amén.