Con una solemne eucaristía y luego una procesión.
Como cada 7 de diciembre católicos participaron de la procesión en honor a la Inmaculada Concepción. A diferencia de años anteriores, el buen tiempo acompañó a los peregrinantes desde la Catedral Basílica de Santa Marta, tomó la avenida Hernández Pardo (carrera 4ª), bajó por la avenida Santa Rita (calle 22), llegó a la carrera 2 y de ahí se desplazó por la calle 17 y volvió al punto de partida.
Dicho recorrido tiene como objetivo cada año revivir las tradiciones venidas de nuestros antepasados y darle a conocer a propios y visitantes la importancia de esta celebración para la ciudad.
El dogma de la Inmaculada Concepción sostiene la creencia de que la madre de Jesús no fue alcanzada por el pecado original, sino que estuvo libre de todo pecado desde el primer instante de su gestación. Esta celebración no debe confundirse con la maternidad virginal de María, según lo cual Jesús fue concebido sin intervención de varón, por lo que ella permaneció virgen antes, durante y después del embarazo. La doctrina fue definida como dogma de fe el 8 de diciembre de 1854, por la bula Ineffabilis Deus del papa Pío IX.
Desde ese día se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción en toda la iglesia Católica, aunque no entre los fieles de las iglesias protestantes y los Testigos de Jehová.
Acto de fe
Luego de la misa, que inició a las 6 de la tarde de ese día; los asistentes se fueron poniendo en pie y formándose en filas afueras de la Catedral Basílica de Santa Marta, allí tuvo lugar la Ceremonia de la Luz y acto seguido la procesión con la imagen original de la celebrada, la cual fue traída hace muchos años de España a Santa Marta.
