Gran tristeza y vacío dejó la partida de Darío Saravia Gómez, el pasado viernes en la ciudad de Barranquilla, a los 72 años de edad
Nació en Medellín en el hogar formado por Luis Napoleón Saravia (fallecido) y Dora Gómez y de esta unión también nacieron sus hermanos Alejandro y Orlando (fallecidos), y Patricia. Desde niño, la familia se trasladó a vivir a Santa Marta.
Creció en un hogar lleno de cariño y buenas costumbres, en el que el amor fraternal y el sentido de la responsabilidad social tuvieron papel principal.
Se casó con Margarita Caballero, con quien formó un hogar cimentado en los valores del respeto y el amor; allí educaron a sus hijos Iván Darío, Mónica, Jackeline y Gisela inculcándoles los principios del trabajo y la responsabilidad en un ambiente cálido lleno de enseñanzas y alegrías.
Darío y Margarita junto a sus hijos
De profesión médico internista, hizo una especialización en Cardiología. En el ejercicio de su profesión, atendió gentilmente a todos quienes le solicitaron ayuda. Con el tiempo, también, incursionó en la actividad política como militante del Movimiento de Mayorías Liberales, llegando al Concejo de Santa Marta en 1990; fue dos veces Representante a la Cámara para el período 1994 – 1998 llegando a ser uno de los pilares de dicho movimiento en el que fue apreciado y querido.
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En desarrollo de esta actividad, se conoce que intervino en la aprobación de la iniciativa que buscaba que el personal vinculado al sector salud pudiera desempeñarse durante ocho horas al día en labores de asistencia y cuatro más en la docencia. También impulsó el proyecto de ley por medio del cual se buscaba ofrecer seguridad social a los vendedores de lotería y chance. Asimismo, defendió los intereses de las madres cabeza de familia.
Sus familiares lo describieron con las siguientes palabras:
“Darío fue un hombre excepcional, el sello de su ser, fue la nobleza de su corazón. Su sencillez, su carisma y generosidad lo hicieron siempre estar rodeado de un millón de amigos. Su inteligencia y fortaleza para enfrentar las dificultades de la vida nos enseñaron a saber elegir y a levantarse de los errores. Eligió la medicina como profesión porque era el mejor medio para servir a los demás, como lo hizo toda su vida, hasta que se agotaron sus fuerzas”.
De buen carácter, esposo y compañero incondicional, Darío fue también el hermano que siempre apoyó en todas las circunstancias de su vida a su familia y amigos. Padre ejemplar y amoroso y abuelo feliz, supo granjearse el respeto y cariño de la sociedad samaria. Se distinguió por su vocación de servicio, fiel a sus principios de la fe católica que profesaba con gran devoción.
La familia Saravia Caballero
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El pasado viernes, partió a la Casa del Padre, dejando a su familia sumida en la tristeza, pero con la alegría de haberlo tenido en sus vidas. Darío fue sepultado el sábado en Jardines de Paz en donde se ofició una misa por el eterno descanso de su alma
La Junta Directiva de EL INFORMADOR y los miembros de la familia Vives Campo, lamentan profundamente su fallecimiento y expresan sus condolencias a su esposa Margarita Caballero de Saravia, a sus hijos Iván Darío Saravia y señora Ana María Muelle; Juan José Vives y señora Mónica Saravia; Felipe Sarmiento y señora Gisela Saravia; Gustavo Medrano y señora Jackeline Saravia, y a sus familias; a su señora madre doña Dora Gómez pilar y sostén de la familia; a su hermana, Patricia Saravia Gómez y familia y a sus demás familiares y allegados. El novenario se está llevando a cabo en la Parroquia La Eucaristía a las 6:30 de la tarde hasta el sábado; el domingo a las 10 de la mañana y el lunes la misa del novenario será a las 8:00 de la mañana.
Descansa en Paz, Darío.