El pasado 27 de agosto, Ubaldo Rafael partió a su encuentro con el Señor, dejando tristeza y dolor en sus seres queridos.
Se casó con Edith Pineda Chanique con quien tuvo una hermosa unión y de cuyo hogar nacieron sus hijos Merys Astrid, Hubert, Angélica, Rebeca y Ubaldo Ramírez Pineda a quienes les prodigó su amor, atención y cuidados. Su bendición le permitió construir la primera casa en el barrio 20 de julio.
“Mi padre a los 15 años fue por primera vez a una escuela del pueblo, por su dedicación e inteligencia en dos años se ganó todos los honores educativos diplomas, premios, con su quinto año de primaria fue recomendado para iniciar en un proyecto que se abriría en el Sena Agropecuario de Santa Marta. Por su pobreza fue admitido y becado e internado y obtuvo el título de Técnico Agropecuario”, manifestó Hubert Ramírez Pineda.
“Con sus primeros ingresos no dudó en ir a donde sus padres campesinos quienes eran muy pobres y les compró tierras, potreros y 100 vacas para que su padre no siguiera trabajando ajeno, cambió la casa de bareque por una de material y cambió la paja por láminas de zcin y se trajo a sus hermanos menores Rafael, Edgar, Nelson a trabajar y a su hermana Lucila la puso a estudiar en la Escuela Magdalena y su hermana mayor en Pailitas, Cesar”, agregó.
Dejó de ser vendedor ambulante y abrió un local pequeño en la esquina de la calle 12 y 13 conocida como el ‘Salibon’ ahí dejó a sus hermanos Rafael y Edgar. Más adelante buscó otro local grande para poner un negocio de víveres llamado el ‘Surtidor Familiar’ y en la misma calle 12 del mercado abrió otro local de víveres llamado ‘Almacén Familiar’.
Todas las actividades realizadas a lo largo de su vida lo llevaron a ser distribuidor de grandes empresas nacionales como: Colgate Palmolive, Detergentes S.A, Inextra, de la Rosa, Cicolac, Nestlé, las aceiteras Gradesa, Gracetales, Grasas Moderna, Topacio, y, además, con las grandes arroceras del Tolima y del Huila, Molinos la esperanza, Pinillar y arroz Radames.
“A pesar de que tuvo mucho dinero jamás dejo de ser humilde, fue el hijo que honró a sus padres, y a Dios, hermano bueno, sabio, padre amoroso, excelente esposo, siempre alegre con su sonrisa y picardía. todos los días a las 6:00 pm traía pan y frutas un beso y un abrazo para todos sus hijos. Mi padre nos enseñó todo y nos mostró su gran amor, su legado se ve reflejado en su gran familia ese maravilloso ser humano es el que inició una nueva vida donde debe ser muy feliz y en donde algún día nos volveremos a encontrar ante la presencia de Dios”, dijo su hijo Hubert Ramírez Pineda.
Elevamos una plegaria al cielo por su eterno descanso y expresamos nuestras condolencias a su esposa Edith Pineda Echanique, sus hijos Merys Astrid, Hubert Segundo, Angélica Mercedes, Rebeca Cecilia y Ubaldo Segundo Ramírez Pineda.
Paz en su tumba.
