El arquitecto samario, Álvaro Ospino Valiente y columnista de EL INFORMADOR, lanza hoy su libro ‘Santa Marta. Urbanismo y Arquitectura, 1525-1975’ en las instalaciones de la Curaduría Urbana No. 2 de esta ciudad a partir de las 6:00 de la tarde hará la presentación de esta recopilación con un coctel.
La obra de investigación fue el resultado de varios años, síntesis de muchas horas de estudio y meditación, que ya fue reconocido a nivel nacional con el premio “Carlos Martínez Jiménez” en la Categoría de Investigación, Teoría y Critica de la XXIII Bienal Colombiana de Arquitectura de 2012, organizada por la Sociedad Colombiana de Arquitectos.
El libro está conformado por 8 capítulos definidos de acuerdo con el análisis de fenómenos urbanos, sociales, económicos, políticos, urbanos y arquitectónicos propios de un momento histórico, que nos permitieron establecer fronteras entre un periodo y otro, presentados como una secuencia cronológica coherente de los procesos de transformación de su vida urbana. Es de reconocer la valiosa compilación cartográfica de Santa Marta en la que se aprecia su desarrollo urbano, edificios ausentes, detalles geográficos desaparecidos y la toponimia o nombres de la vieja ciudad, que apadrina el análisis del mismo y embellece el libro, lo cual hace más agradable la consulta.
La metodología de investigación utilizada en el libro es ideal porque teje linealmente los diferentes momentos históricos en crecimiento urbano y los movimientos arquitectónicos que se daban, soportada por una dispendiosa lista de referencias bibliográficas de consultas, que apoya con un gran sinnúmero de información y detenidos análisis, que reflejan que la misma hace parte de un largo proceso de meditación de la noticia y entendimiento de la ciudad. A pesar de que su estudio va encaminado al urbanismo y la arquitectura, nunca se desprende de los hechos políticos y económicos en su análisis, entiende que son determinadores tanto para la evolución urbana, como para el lenguaje y calidad arquitectónica en todos sus periodos; que a propósito supo dividir en varios capítulos, delimitado por claras fronteras y determinados por aspectos que la configuraron e influyeron. Cabe destacar que para su investigación contó con los archivos de EL INFORMADOR, donde pudo recoger información de la ciudad desde 1958.
El arquitecto Carlos Proenza Lanao, autor del prólogo expresa que el contenido del libro es un valioso insumo que nos lleva a reflexionar, revelándonos de alguna manera los aciertos y desaciertos de la ciudad en todos los aspectos. Nos permite ver cómo la capital se va despojando del letargo inicial durante la dominación española y cómo resurge a finales de la misma; luego, el freno abrupto de esa breve prosperidad y el aparcamiento en todos los ámbitos después de hecha efectiva la independencia de España.
Al saltar al periodo republicano, el desarrollo de su tejido literario se vuelve más dinámico, precisamente porque el panorama es otro, menos traumático, más esperanzador por la aparición del banano en una ciudad que aún no cicatrizaba sus heridas producidas por las guerras civiles en sus plazas y calles, consecuente a la situación anárquica y lucha por el poder a cargo de los partidos políticos. Una época cuando el crecimiento de Santa Marta parecía depender hasta cierto punto de las actividades que en la región desplegara la United Fruit Company, donde se construyó el primer conjunto cerrado de la ciudad con todos los servicios, cuyo tamaño era de igual proporción a la existente en su momento. Oportunidad precisa que se desperdició para planificarla a futuro, teniendo en cuenta la conservación de sus cerros y del río Manzanares.
El contenido de este libro es una nueva fuente de información, bitácora de enseñanza para los samarios que se forman, niños y jóvenes que empiezan a conocer la ciudad, traducido en una lección de historia y fomento al sentido de pertenencia.
