La inmunoterapia elimina la barrera que mantiene ocultas las células tumorales y hace que el sistema inmune las reconozca como un agente extraño al que hay que atacar. Este tratamiento, combinado con la quimioterapia, está mostrando buenos resultados en personas con cáncer de pulmón en los que la enfermedad ya está avanzada.
El cáncer de pulmón es la causa principal de muertes relacionadas con esta patología en todo el mundo y su tasa de mortalidad es la más elevada tanto entre hombres como entre mujeres”, destaca la Organización Mundial de la Salud
pequeñas o microcítico, más agresivo pero menos habitual. “El término ‘célula pequeña’ se refiere al tamaño y la forma de las células cancerosas que se ven en el microscopio”, aclaran los especialistas de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
La enfermedad va pasando por diferentes fases. Se considera estadio I a un tumor menor de tres centímetros que no se ha extendido a los ganglios linfáticos ni a otros órganos. El estadio II se da cuando el tumor se ha extendido a los ganglios linfáticos más cercanos. En el estadio III ha llegado a ganglios linfáticos alejados del tumor o ha invadido otros tejidos no pulmonares cercanos, por ejemplo, los vasos del espacio entre los dos pulmones, el corazón o el esófago. Por último, el estadio IV implica que el tumor ha producido metástasis en otros órganos del cuerpo. “Los más habituales son el cerebro, los huesos, las glándulas suprarrenales, el pulmón opuesto y el hígado”, detallan los facultativos de la Clínica Universidad de Navarra.
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Cáncer de pulmón de células no pequeñas
En el caso de cáncer de pulmón de células no pequeñas, que es el más común, en estadios I, II y en casos seleccionados de estadio III el tratamiento elegido por los oncólogos suele ser la cirugía. “El objetivo es la extirpación total del tumor pulmonar y los ganglios linfáticos cercanos al tumor, así como los que hay en el mediastino” (el espacio entre los dos pulmones), señalan los especialistas de la SEOM. “Se puede extirpar el lóbulo o los lóbulos afectados pero, en ocasiones, es necesario extirpar todo el pulmón”, subrayan.
Después de la cirugía, cuando se ha analizado el tumor y se ha comprobado si los ganglios linfáticos están afectados o no, el equipo médico decide si se administra quimioterapia. Los oncólogos de la SEOM explican que, en algunas ocasiones, se emplea quimioterapia antes de la cirugía con la intención de reducir el tamaño del tumor.
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Uso justo de la ‘quimio’
Precisamente, el hito más reciente en inmunoterapia es su uso junto a la quimioterapia antes de la cirugía, ya que aumenta las posibilidades de curación de los pacientes, explica el doctor Manuel Cobo en la ponencia “El gran potencial de la inmunoterapia en el tratamiento del cáncer de pulmón”, pronunciada en el XIV Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Torácica (SECT), que se celebró recientemente en Málaga (sur de España). Manuel Cobo es oncólogo médico del Hospital Regional Universitario de Málaga y miembro del comité oncológico que evalúa el potencial del tratamiento con inmunoterapia en este hospital.
Una de las razones por las que las células malignas tienen éxito en su crecimiento es porque son capaces de esconderse del sistema inmune. El tratamiento con inmunoterapia hace que el sistema inmune identifique las células tumorales como un agente extraño que debe ser atacado. “La inmunoterapia quita la barrera que impide al sistema inmune atacar a las células tumorales. Son anticuerpos monoclonales que ayudan en la función de reconocer las células tumorales y destruirlas”, precisa el doctor Cobo.
Tras su irrupción, la inmunoterapia ha conllevado un cambio total de paradigma en el cáncer de pulmón de células no pequeñas, como tratamiento de segunda línea cuando fracasa la quimioterapia con platino, empleada como tratamiento de primera línea.
Además, la inmunoterapia se administra sola y como tratamiento de primera línea en los casos de cáncer de pulmón de células no pequeñas metastásico cuando la sobreexposición del biomarcador PD-L1 es de más del 50% en las células tumorales. Si la presencia de este biomarcador es inferior al 50%, el tratamiento estándar es quimioterapia e inmunoterapia.
El cáncer de pulmón es la causa principal de muertes relacionadas con esta patología en todo el mundo y su tasa de mortalidad es la más elevada tanto entre hombres como entre mujeres”, destaca la Organización Mundial de la Salud
pequeñas o microcítico, más agresivo pero menos habitual. “El término ‘célula pequeña’ se refiere al tamaño y la forma de las células cancerosas que se ven en el microscopio”, aclaran los especialistas de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
La enfermedad va pasando por diferentes fases. Se considera estadio I a un tumor menor de tres centímetros que no se ha extendido a los ganglios linfáticos ni a otros órganos. El estadio II se da cuando el tumor se ha extendido a los ganglios linfáticos más cercanos. En el estadio III ha llegado a ganglios linfáticos alejados del tumor o ha invadido otros tejidos no pulmonares cercanos, por ejemplo, los vasos del espacio entre los dos pulmones, el corazón o el esófago. Por último, el estadio IV implica que el tumor ha producido metástasis en otros órganos del cuerpo. “Los más habituales son el cerebro, los huesos, las glándulas suprarrenales, el pulmón opuesto y el hígado”, detallan los facultativos de la Clínica Universidad de Navarra.
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Cáncer de pulmón decélulas no pequeñas
En el caso de cáncer de pulmón de células no pequeñas, que es el más común, en estadios I, II y en casos seleccionados de estadio III el tratamiento elegido por los oncólogos suele ser la cirugía. “El objetivo es la extirpación total del tumor pulmonar y los ganglios linfáticos cercanos al tumor, así como los que hay en el mediastino” (el espacio entre los dos pulmones), señalan los especialistas de la SEOM. “Se puede extirpar el lóbulo o los lóbulos afectados pero, en ocasiones, es necesario extirpar todo el pulmón”, subrayan.
Después de la cirugía, cuando se ha analizado el tumor y se ha comprobado si los ganglios linfáticos están afectados o no, el equipo médico decide si se administra quimioterapia. Los oncólogos de la SEOM explican que, en algunas ocasiones, se emplea quimioterapia antes de la cirugía con la intención de reducir el tamaño del tumor.
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Uso justo de la ‘quimio’
Precisamente, el hito más reciente en inmunoterapia es su uso junto a la quimioterapia antes de la cirugía, ya que aumenta las posibilidades de curación de los pacientes, explica el doctor Manuel Cobo en la ponencia “El gran potencial de la inmunoterapia en el tratamiento del cáncer de pulmón”, pronunciada en el XIV Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Torácica (SECT), que se celebró recientemente en Málaga (sur de España). Manuel Cobo es oncólogo médico del Hospital Regional Universitario de Málaga y miembro del comité oncológico que evalúa el potencial del tratamiento con inmunoterapia en este hospital.
Una de las razones por las que las células malignas tienen éxito en su crecimiento es porque son capaces de esconderse del sistema inmune. El tratamiento con inmunoterapia hace que el sistema inmune identifique las células tumorales como un agente extraño que debe ser atacado. “La inmunoterapia quita la barrera que impide al sistema inmune atacar a las células tumorales. Son anticuerpos monoclonales que ayudan en la función de reconocer las células tumorales y destruirlas”, precisa el doctor Cobo.
Tras su irrupción, la inmunoterapia ha conllevado un cambio total de paradigma en el cáncer de pulmón de células no pequeñas, como tratamiento de segunda línea cuando fracasa la quimioterapia con platino, empleada como tratamiento de primera línea.
Además, la inmunoterapia se administra sola y como tratamiento de primera línea en los casos de cáncer de pulmón de células no pequeñas metastásico cuando la sobreexposición del biomarcador PD-L1 es de más del 50% en las células tumorales. Si la presencia de este biomarcador es inferior al 50%, el tratamiento estándar es quimioterapia e inmunoterapia.